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Cristian Ferradas, el peruano que trabaja en NASA estudiando la magnetosfera terrestre

Desde el 2019, trabaja en el Laboratorio de Física Geoespacial del Centro de Vuelo Espacial Goddard.

Cristian Ferradas tiene 36 años y es el único físico en su familia, actualmente vive en Maryland (EE.UU) y desde el 2019 trabaja en el laboratorio de Física Geoespacial del Centro de Vuelo Espacial Goddard de NASA.

07:06 | Lima, dic. 20

Por: María Fernández Arribasplata

Cuando cursaba el cuarto año de secundaria, Cristian Ferradas Alva descubrió su amor por la física. Sin embargo, tuvo muchas dudas al principio. Como era muy bueno con los números, pensó en ser ingeniero civil como su padre, pero prefería entender más que construir. El fútbol también lo apasionaba y quiso ser jugador profesional, hasta que una lesión lo alejó de las canchas. "Sabiamente me decidí por la ciencia", dice. Hoy, a sus 36 años, trabaja en la NASA estudiando la magnetosfera, capa que sirve como escudo protector de nuestro planeta Tierra.

Cristian Ferradas es el único físico en su familia, actualmente vive en Maryland (EE.UU) y, desde el 2019, trabaja en el laboratorio de Física Geoespacial del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. Se formó en las aulas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y fue allí donde descubrió la astrofísica, su verdadera pasión. Para seguir especializándose hizo un programa de intercambio con la Universidad de Calgary, en Canadá, donde tomó todos los cursos de astrofísica posibles.



Después de un semestre allá, retornó a nuestro país y realizó sus prácticas en la Agencia Espacial Peruana - CONIDA, y luego se unió como investigador. El siguiente paso era hacer un doctorado y para ello postuló a varias universidades en Estados Unidos.



En entrevista con la agencia Andina, el físico peruano Cristian Ferradas comenta apenado que en nuestro país las carreras de ciencias espaciales no están desarrolladas, por eso, muchos profesionales que quieren seguir sus estudios de posgrado deben irse al extranjero. Él fue uno de ellos.

"Yo apliqué a la Universidad de New Hampshire (EE.UU) y el doctorado duró cinco años aproximadamente. Tenía en mente estudiar la ionosfera, busqué un asesor que realizara esas investigaciones, pero se cambiaron los planes y tuve que buscar otro asesor que estudiaba algo distinto, la magnetosfera, de la cual no sabía nada pero luego se convirtió en mi especialización”, comenta Ferradas Alva.

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¿Qué es la magnetosfera?

La magnetosfera es como una burbuja que envuelve a la Tierra y a su atmósfera. Es muy importante porque es el primer escudo que nos protege de todos los peligros que vienen del espacio hacia la Tierra.

La magnetosfera es un escudo para la atmósfera, sería como el escudo más exterior de la Tierra y cumple un rol muy importante. Por ejemplo, nos protege de las partículas cargadas de alta energía procedentes del Sol, también los científicos dicen que otros planetas que tuvieron algún momento atmósfera la perdieron porque no tenían una magnetosfera fuerte que los protegiera”, explica.

Finalmente, Ferradas Alva realizó su tesis de doctorado estudiando la magnetosfera y se convirtió en su línea de investigación. Luego, empezó a trabajar con mediciones de satélites de la Agencia Espacial Europea y de la NASA. Fue  allí que los equipos que construyen estos instrumentos para las misiones espaciales le ofrecen su primer trabajo en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, en el estado de Nuevo México, donde estuvo por dos años hasta que llegó a NASA, casi sin imaginárselo.

“Buscando mi segundo trabajo apliqué a una beca para trabajar en la NASA, pero debía buscar un mentor, contacté a la doctora Mei-Ching Fok, quien es mi jefa actualmente y le pregunté si quería preparar la propuesta conmigo. Accedió y apliqué, pero no gané la beca. Sin embargo, ella quedó muy contenta con el proyecto. Pasó el tiempo y un año después (en el 2019) en una conferencia en Los Álamos, nos volvimos a encontrar, se acordó del proyecto y me ofreció trabajar con ella en NASA”, recuerda todavía emocionado Ferradas Alva.

Analizando datos de satélites


Tenía 33 años cuando el físico peruano comenzó una nueva etapa en la Agencia Espacial de Estados Unidos, tal vez la más importante de su vida profesional. Desde entonces trabaja como científico investigador en el Laboratorio de Física Geoespacial del Centro de Vuelo Espacial Goddard y forma parte de un grupo de investigación, liderado por la científica Mei-Ching Fok. Ella ha desarrollado un modelo de última generación denominado modelo Integral de Magnetosfera-Ionosfera Interna (CIMI).

“Mi trabajo es totalmente en la computadora. A veces bromeamos y decimos que más parecemos programadores que físicos”, comenta entre risas.

La función del físico peruano en el equipo es analizar datos de satélites, tratar de interpretarlos, y compararlos con los datos de las misiones espaciales y con los resultados del modelo de la científica Mei-Ching Fok .

“Lo que tratamos de hacer es mejorar ese modelo, identificar sus fallas y que funcione bien. La meta es que ese modelo sea capaz de predecir las condiciones en el Espacio, que sea lo suficientemente preciso para predecir cómo será el clima espacial. Así como se predice ahora el clima a diario, eso es porque hay un modelo meteorológico muy robusto y capaz. Lo mismo queremos hacer con nuestros modelos pero del Espacio”, explica.

Fomentando las ciencias espaciales

Por ahora el físico no tiene planes de regresar al Perú para quedarse, quiere seguir aprendiendo y teniendo más contactos, para más adelante compartir todos sus conocimientos y emprender algo propio relacionado a ciencias espaciales en nuestro país.

Lo que sí quisiera tener es más relación con las universidades, escuelas e instituciones para poder fomentar la física espacial en nuestro país. El investigador está convencido que el desarrollo de un país está muy ligado a la inversión que se le da a la investigación y a la ciencia.

“Pienso que tiene que ser impulsado desde arriba, con responsabilidad fomentar e invertir en ciencia, y que el dinero llegue a su destino correcto; por ejemplo, para que haya más laboratorios, infraestructura y conexiones con otras universidades en el extranjero. En mi caso agradezco a la PUCP porque gracias a ese convenio puede viajar y tener estas experiencias que abren la mente y me permitieron descubrir lo que realmente quería”, enfatiza.

Asimismo, anima a los niños, adolescentes y jóvenes que les gusta la ciencia a que siempre busquen más oportunidades fuera de las aulas, como actividades extracurriculares, y no se limiten solo a lo que el colegio les ofrece.

“En Perú también hay oportunidades, busquen en internet, pregunten a los profesores y tengan siempre iniciativa. Les recomiendo que aprendan lenguajes de programación porque ahora todas las investigaciones se hacen en las computadoras. Muchas veces cuando uno busca un trabajo, no contratan al 'genio' sino buscan a alguien bien motivado”, finaliza.

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Publicado: 26/10/2022