Compartimos el comentario del editor Ernesto Carlín a la película "Loving Vincent".
La vida de Vincent van Gogh es tan o más conocida que su obra. Se dedicó a la pintura apoyado por su hermano Theo sin conseguir el éxito comercial hasta su muerte. Hombre de impulsos y carácter impredecible, fallece por una herida de bala.
Esta película explora los últimos días de vida del artista holandés, a través de las pesquisas de un joven que quiere entregar la última carta de Van Gogh a los deudos de su hermano Theo, también ya fallecido, a un año del deceso de ambos.
La técnica usada para contar esta historia es la animación a base de dibujos que imitan en su mayoría el estilo de los lienzos famosos del holandés.
Es así que vemos a personajes reconocibles de conocidas obras de Van Gogh tomar vida y moverse ante nuestros ojos. El efecto es muy sugerente.
Pero no son las únicas imágenes que vemos. También el filme incluye escenas en distinto estilo, de corte más realista, lo que genera un interesante efecto. Sin duda, un gran logro formal que sorprende por lo trabajado.
Por lo original del acabado visual, recuerda a otra cinta producida en Polonia que se vio en Lima hace poco, La montaña mágina. La diferencia es que en ese filme se mezclaban muchos más formatos.
Un punto flaco de Loving Vincent es la trama. Los diálogos no son tan redondos como sus contrapartes de imágenes.
La excusa de la carta por entregar sirve para develar las diferentes perspectivas que existían del artista, pero en ocasiones se peca de reverencia. Una cinta arriesgada que merece ser vista.
Ficha técnica
Loving Vincent
Dirigen: Dorota Kobiela y Hugh Welchman. Polonia / Reino Unido, 95 minutos. Productores: Hugh Welchman, Ivan Mactaggart y Sean Bobbitt. Guion: Dorota Kobiela, Hugh Welchman y Jacek Dehnel. Participaron 125 pintores al óleo sin experiencia previa en trabajos de animación.
(FIN) ECG
Publicado: 17/1/2018