El programa Cárceles Productivas genera 30 millones de dólares en ingresos por año, gracias a la venta de los productos que confeccionan los internos en los diferentes penales del Perú, contribuyendo, además, en sus procesos de rehabilitación e inserción social, informó el jefe del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), Carlos Vásquez Ganoza.
Durante una reunión de trabajo con empresarios en el local de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Vásquez explicó que actualmente hay 224 talleres productivos en los que intervienen cientos de internos a escala nacional.
Detalló que en el país hay 69 establecimientos que albergan a 83,000 reclusos y que este programa permitirá afianzar la alianza estratégica con el empresariado. “Se benefician el empresario, el interno y la sociedad”, dijo Vásquez.
Añadió que actualmente el programa se aplica en ocho regiones, entre ellas Arequipa, Cusco y Huánuco.
“Tenemos actualmente 224
talleres productivos, los mismos que
generan 30 millones de dólares anualmente”, precisó el funcionario.
Mostraron productos elaborados por los presos en áreas de textilería, carpintería, metalurgia, metalmecánica y otras.
El objetivo es que los empresarios apuesten por trabajar con la población penitenciaria. “Ha sido convocada la población primaria, no aquellos que son reincidentes”, manifestó Vásquez.
El objetivo del Inpe es duplicar la cantidad de talleres y hacerlos más competitivos, para responder a las demandas del mercado.
Durante la cita se destacó la participación de los internos del penal de Chincha en la confección de uniformes para el Ejército Peruano; así como los internos del penal de Quencoro, en Cusco, quienes elaboran artesanías que se venden a los turistas.
Vásquez reflexionó en el sentido de que tarde o temprano los reclusos saldrán a la calle. “Por eso queremos que tengan conocimientos técnicos, para que no vuelvan a delinquir y sean útiles a la sociedad”.
Una de las ventajas de trabajar con la población penitenciaria es que 60 % tiene entre 19 y 39 años y está en prisión por primera vez.
Los empresarios fueron invitados a apostar por los Talleres Productivos, programa lanzado por el Gobierno mediante el Decreto Legislativo 1343, dado en el marco de las facultades delegadas el 2016.
En la actividad, denominada "Cárceles Productivas: una nueva oportunidad para la reinserción laboral en el Perú", presentaron dos ejemplos de este tipo de trabajo.
Detallaron los logros del poyecto Pietá, marca de ropa urbana elaborada por internos del penal Lurigancho. Las prendas que se confeccionan son comercializadas en mercados de Miami, Los Ángeles y ciudades de Francia.
La empresa Renzo Costa trabaja en el centro penitenciario Ancón 2 desde el 2013, donde se elaboran monederos, carteras, correas y otros artículos en cuero.
“Buscamos que cuando el interno salga de la cárcel se convierta en un empresario útil a la sociedad”, dijo José Cabanillas, director comercial de Renzo Costa.
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GRM
Published: 5/23/2017