Es profesional de salud y abogado. Trabaja en el Centro Nacional de Salud Intercultural (Censi) del INS, que en julio cumplirá 122 años, y desde allí elabora documentos técnicos normativos sobre salud intercultural y materiales para que la población afroperuana prevenga la diabetes y la hipertensión arterial, males que tanto la afectan.
Antonio Quispe Rivadeneyra nació en San Luis de Cañete, cuna del arte y cultura afroperuana. Fue vivaz de niño, medio poeta y artista, insumos suficientes para elevarlo a la categoría de esperanza de la familia y su comunidad. Se formó en la Universidad San Marcos gracias a su padre y a todos los que apostaron por él.
Con el ejemplo de su progenitor, y todas las ambiciones de su juventud, no solo se forjó como tecnólogo médico con especialidad en rehabilitación física, sino que también fue líder estudiantil y aprendió a sumar vocación social con la política.
Desde el 2013 forma parte del Centro Nacional de Salud Intercultural (Censi) del Instituto Nacional de Salud (INS). En esa área apoya en los estudios relacionados con las enfermedades que afectan a diversas comunidades, sobre todo a la población afrodescendiente, y adecúa la normativa que incluya su realidad.
“Investigamos sobre
medicina tradicional y ancestral, realizamos recomendaciones para que eviten la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, pues su estilo de vida, la manera que tienen de vivir sus emociones, siempre de extremos, muy alegres o muy tristes, afecta sus funciones cardiovasculares”, comenta.
Antonio explica que la pobreza y la marginalidad en las que todavía viven las
comunidades afrodescendientes vulneran su calidad de vida, pues su alimentación es a base de harina y carbohidratos que las predispone a adquirir esas enfermedades.
Rehabilitador y asesor
Antonio heredó de su padre, don Leonardo, su afán de luchar por la justicia. Fue también dirigente universitario de su gremio profesional y logró ser autoridad distrital entre 1999 y 2002 como alcalde de San Luis de Cañete, tierra que nunca abandonó.
Es presidente de la Asociación Plurietnica Impulsora del Desarrollo Comunal y Social (Apeido), una institución relacionada con la comunidad afrocañetana. Su finalidad es rescatar la historia de los descendientes de esclavos que se asentaron en esa tierra fértil.
“Tuco”, como le dicen de cariño, es alegre y conversador. Su paso como asesor de Susana Baca y Luis Peirano como ministros de Cultura, lo recuerda bien, pues apoyó en la redacción del reglamento de la
Ley de Consulta Previa.
“Fue un proceso difícil, pero valió la pena porque se empezaron a colocar temas afroperuanos. Allí conocí el sacrificio de otros servidores públicos, como los arqueólogos que protegen nuestro patrimonio milenario y ganan poco, y valoré el ser un profesional de salud del hospital Sergio Bernales de Collique”.
Es impensable trabajar en el Estado y no tener
vocación de servicio, porque hay que ponerle mucho amor a los más débiles, dice. Para él, es una oportunidad de visibilizar el desarrollo de los pueblos indígenas y afroperuanos. Por eso estudió también derecho y lo que desea es ejercer el derecho penal.
La autonomía se logra con el desarrollo de una conciencia ciudadana que se construye día a día, afirma. Tuco cree en la ley.
Hoja de vida
Fue alcalde de la municipalidad distrital de San Luis, Cañete, en 1999-2002.
Se formó en la UNMSM como tecnólogo médico con especialidad en rehabilitación.
Es abogado. Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la U. Alas Peruanas.
También en Gestión Innovadora en las organizaciones de salud, en la UNMSM (2006), y de Salud Pública, en la Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica (2007).
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(FIN) DOP/ SMS
Published: 6/27/2018