Por Victor LozanoLa infraestructura es fundamental para atender las necesidades básicas del país. No solo se trata de carreteras, puentes o grandes moles de cemento, sino también de aquella que está ligada a los servicios primordiales con la finalidad de aliviar las carencias de la población.
De acuerdo con el informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Perú: Cómo acelerar el crecimiento económico y fortalecer la clase media, publicado en el Diario El Peruano, la evolución de la inversión en infraestructura en décadas pasadas se mantuvo relativamente baja en relación con las necesidades de bienestar del país.
En términos de acceso a la infraestructura, refiere que la situación de nuestra nación evolucionó de forma muy heterogénea en los distintos sectores. Si abordamos los índices de calidad, nos ubicamos por debajo del nivel que se esperaría dado el ingreso per cápita.
Evolución
De acuerdo con la entidad multilateral, en las últimas décadas el Perú logró triplicar la inversión en infraestructura. Al considerar las estadísticas disponibles para los países de la región de América Latina y el Caribe de Infralatam, se observa que en el período 2008-2015 nuestro país incrementó en más de 200% sus niveles al pasar de cerca de 4,000 millones a 13,000 millones de dólares.
En esa etapa, la inversión en infraestructura promedió el 5% del producto bruto interno (PBI), ubicándose por encima del promedio regional del 3.6% del PBI. Esta cifra considera a los sectores agua, energía, transporte y telecomunicaciones. En un principio, la inversión en infraestructura era, en mayor porcentaje, pública. Entre el 2008 y el 2015, los montos se duplicaron al llegar a cerca de 5,000 millones de dólares, un 3% del PBI en promedio.
El gasto público representó, en promedio, un 60% de la inversión total en infraestructura durante esos años. Por sectores, se destinó el 66% a transporte; 29% a agua; 4% a energía y 1% a telecomunicaciones.
No obstante, en términos de acceso a la infraestructura, la situación del Perú evolucionó de forma muy heterogénea entre sectores. El BID precisa que si bien el país incrementó la cobertura en cuanto a servicios de este tipo, ello se dio de manera desigual y aún en niveles inferiores a los de otras economías.
Calidad
Respecto a la calidad de infraestructura, el Perú se ubica en términos relativos por debajo del rango que se esperaría dado su ingreso per capita. Según el Informe de Competitividad Global (ICG) 2018-19 del FEM, en este segmento obtiene el puesto 85 entre 140 economías.
Esta posición lo sitúa por debajo de Chile (41), México (49), Ecuador (59), Uruguay (62) y Argentina (68); y mucho más lejos de Singapur, Hong Kong y Suiza, países que ocupan los primeros lugares. Si se toma en cuenta el grado de desarrollo del Perú basado en su renta per cápita, su nivel de infraestructura se posiciona por debajo del que le corresponde al país según su grado de desarrollo.
El BID asegura que si se quiere converger en un período de 20 años hacia los niveles de acceso básico de infraestructura de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el Perú requiere recursos del orden de los 110,000 millones de dólares, monto que representa el 48.8% del PBI del 2018.
Esta brecha total se puede separar a su vez en la brecha de infraestructura económica (sectores productivos) y la brecha de infraestructura social (sectores educación, salud e hidráulico). El monto de inversión requerido para cerrar la brecha de infraestructura económica asciende a 86,000 millones de dólares, aproximadamente un 38.8% del PBI del 2018.
Por sector, el 44% de la brecha calculada se concentra en transporte (sobre todo carreteras y ferrocarriles), el 26% en agua y saneamiento, el 16% en salud, el 6% en telecomunicaciones, el 4% en riego, el 1% en electricidad y también un 1% en educación.
El monto de inversión referencial de base para cerrar una parte de la brecha de calidad asciende a 180,000 millones de dólares, cifra equivalente al 80% del PBI. Esta inversión referencial comprende a rubros como agua y saneamiento, telecomunicaciones, carreteras, salud y educación.
La brecha de calidad más grande es la de carreteras, con el 40.5% de la total; a este rubro le siguen educación y telefonía móvil, cada uno con 16%.
Estrategia
La estrategia de inversión en infraestructura propuesta por el BID apunta a cerrar la brecha económica en acceso básico de largo plazo, lo cual equivale al 38.8% del PBI durante el período 2019-2038, en dos etapas.
La primera fase es de transición y abarca el período 2020-2026, durante el cual la inversión aumentaría de forma gradual mientras se implementan reformas para generar los recursos a fin de incrementar la inversión en infraestructura. La segunda etapa comprende el lapso 2027-2038, que registrará la consolidación de los cambios emprendidos.
En la fase de transición (2020-2026), la parte de la brecha económica que se eliminaría equivale al 6% del PBI. Completada la etapa de implementación, la ejecución del plan de inversión en infraestructura requeriría incrementos anuales progresivos.
Con el ritmo de inversión en infraestructura que propone el BID se aumentaría desde niveles del 2.6% del PBI en el 2020 hasta cerca del 4% del PBI en el 2026. La parte de la brecha que se eliminaría en esta etapa equivale al 6% del PBI.
Para que estos aumentos en la inversión sean posibles, se requeriría que en esta etapa de transición se lleven a cabo reformas específicas, en especial la creación de espacio fiscal, la potenciación de la participación privada en infraestructura y reformas para promover el crecimiento empresarial, entre otras.
A partir del 2026, para cerrar la brecha económica restante del 32.8% del PBI en el 2038, sería necesario mantener un nivel de inversión en infraestructura superior al 5% del PBI.
Los montos de inversión de la estrategia propuesta aumentarían gradualmente desde un 4.6% del PBI en el 2027 hasta un 6.4% del PBI en el 2038.
Datos
El Perú es uno de los países de la región andina que más se beneficiaría del incremento de la inversión. Sin ningún esfuerzo adicional en esta materia, el país podría crecer de 13,000 dólares a 24,000 dólares per cápita.
Si se considera una inversión pública de entre 5% y 6% del PBI anualmente, el PBI per cápita del Perú alcanzaría niveles de 31,000 dólares en una trayectoria de 20 años y de 39,000 dólares en 25. En todos los casos, pasaría el umbral de los países desarrollados.
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(FIN) DOP/SDD/JJN
Published: 10/12/2020