El hallazgo de nuevos murales en altorrelieve en el complejo arqueológico de Chan Chan, la ciudad precolombina de adobe más grande de América, sigue sorprendiendo a los arqueólogos por los datos que agrega de los Chimú, sus antiguos habitantes.
Los investigadores de este sitio arqueológico, ubicado en la región norteña de La Libertad y declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, presentaron este miércoles un corredor con nuevos murales descubiertos en las excavaciones en Utzh An (Casa Grande, en el idioma quingnam o chimú).
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Se trata de uno de los diez recintos amurallados que comprende Chan Chan, donde también se ha descubierto un tercer sistema de escalinatas en la llamada huaca Toledo.
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Estos nuevos murales datan de los años 1200-1350 años d.C., y presentan en alto relieve decoraciones con motivos marinos, escaques y olas, así como un "animal lunar", símbolo mítico de las distintas culturas precolombinas de la costa peruana.
Henry Gayoso Rullier, arqueólogo responsable de la restauración de esta zona del conjunto amurallado Utzh An, declaró a la agencia Efe que estos nuevos restos recuperados formarían parte de una especie de patio principal, lo cual se determinó por su esquema decorativo.
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"Los chimú tenían algunos espacios decorados, pero otros no, entonces se puede especular que tenían una distribución parecida a salón principal, decorados, y otros patios menores, sin decorar", apuntó.
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Además de este mural de 590 por 370 metros, otro de los decorados descubiertos recoge un motivo zoomorfo de tipo felino, así como otras olas y escaques, y mide 2.30 por 2 metros aproximadamente.
Esto se suma a los hallazgos de una tercera escalinata superior de la huaca Toledo, un estrado que era utilizado para anuncios sociales que se ubica al noreste de Nik An o Tshudi, único conjunto amurallado de Chan Chan que actualmente puede ser visitado por el público.
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Según detalló a Efe el arqueólogo responsable, Jorge Meneses, a partir de estas nuevas escalinatas, se ha podido determinar que los chimú desarrollaron sistemas de ascenso distintos para cada nivel de sus edificios, y que hacia fines de la ocupación de lugar presentaron cambios en sus construcciones.
En la huaca Toledo, que recibe el nombre del español Gutiérrez de Toledo, quien a inicios de la colonia española saqueó los tesoros del sitio arqueológico, se desarrolla ya un proceso de conservación con miras a su exposición turística, prevista para fines de julio.
"Apuntamos a que se abra un nuevo espacio dentro de Chan Chan para el visitante. Si bien no se va a poder visitar todo el montículo, se va a poder ir por la parte inferior de la huaca y rodearla", sostuvo Meneses.
Por ello, el equipo de investigadores y conservadores trabaja arduamente en cada espacio y por milímetro, para revestir la forma original de esta ruina de aproximadamente 10.000 metros cuadrados, y protegerla de los fenómenos climatológicos futuros, como el Niño ocurrido entre 2016 y 2017.
En ese sentido, la ministra peruana de Cultura, Patricia Balbuena, destacó el trabajo de conservación desarrollado en Chan Chan, que evitó que las ruinas fueran destruidas durante las pasadas lluvias.
Balbuena, quien llegó al sitio arqueológico para hacer la presentación de estos nuevos vestigios, destacó el proyecto de inversión del Ministerio de Cultura en la investigación de Chan Chan, aunque señaló que "se hace necesario contar con mayores recursos", y pidió establecer mayores alianzas estratégicas con el sector privado.
La cultura Chimú, heredera del pasado mochica, se desarrolló en la costa norte del Perú entre los años 1100 y 1400, hasta que fue conquistada por los incas cuando su líder Minchancaman fue derrotado por Pachacútec, y convirtió a la civilización Chimú en una provincia del imperio incaico hasta la llegada de los españoles.
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(FIN) EFE/MAO
Published: 6/15/2018