Un grupo de personas y entidades privadas ha logrado desarrollar un aula digital dentro en uno de los núcleos de Sinfonía por el Perú, sistema de orquestas juveniles fundada por el tenor peruano Juan Diego Flórez para mejorar mediante la música la vida de niños en situación de riesgo.
Esta combinación de tecnología y música beneficia desde hace más de un año a más de 900 niños y niñas de 5 a 15 años que acuden diariamente al
Parque Cahuide, en la urbanización Valdiviezo, en el distrito de Ate, para aprender a leer y tocar instrumentos.
Este es el único núcleo digital, de los 21 que existen en
Sinfonía por el Perú, refiere Eliezer Anteliz Rodríguez, su director. Señala que el uso de tecnologías de la información y comunicación está ayudando a que el aprendizaje sea lúdico.
Fundación Telefónica es aliada en esta iniciativa. Gracias al Aula Digital que ha creado en el núcleo, profesores y alumnos usan laptos, tablets, equipos multimedia e Internet para acceder a una plataforma web de formación musical.
“Los contenidos digitales que tienen les permite aprender en dos semanas teoría musical, lectura de partituras, solfeo de las notas musicales. Yo demoraba meses hace dos décadas”, recuerda este músico formado en las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela.
El profesor venezolano agrega que, además de utilizar apps, juegos interactivos que los estimula a leer pentagramas, diferenciar entre sonido, ruido y música, realizan video conferencias con estudiantes y docentes de otros países para monitorear sus avances.
“Tienen una partitura al alcance de un solo click. Antes para obtener una, teníamos que bajar el escore completo, recortarlo y pegarlo en una hoja para leerlo”, recuerda.
Ciudadanos y músicos
Pero la finalidad de Sinfonía por el Perú es construir ciudadanía en niños, niñas y adolescentes a partir de la enseñanza de la música. El aprendizaje de melodías se acompaña con mensajes de valores positivos como ser una persona puntual, responsable, buen compañero, alegre y con deseos de superación.
Cada uno de estos mensajes se perenniza sobre afiches colocados en las aulas de Kinder, en donde los pequeños de 5 a 7 años inician su contacto con instrumentos; también en la de coros pre infantiles, donde niños de 8 a 11 años aprenden a cantar, y en los
coros infantiles, entre los 12 y 15 años.
Los mensajes se comunican de forma permanente, cuenta la profesora de Kinder, Laura Cisnero Aldana, quien comenta que los más chiquitos desarrollan actitudes musicales: oído, ritmo, motricidad y disociación, pero también personales y sociales.
“Esta visión educativa es para compartirla con los menores que viven en situación de riesgo, y que necesitan de oportunidades para protegerse de amenazas y malos hábitos”
Un núcleo es la unidad de formación en donde se desarrolla la propuesta para una localidad del Perú. Atiende entre 300 y 600 niños, niñas y adolescentes que aprenden a trabajar en equipo para formar parte de los coros y orquestas que se van formando.
Actualmente se están capacitando los profesores y directores de los diferentes núcleos de
Sinfonía por el Perú para manejar la plataforma digital y formar a 5 mil niños y niñas en el uso de esta herramienta durante este año.
Un estudio de Sinfonía por el Perú revela que aprender música reduce hasta el 46% la violencia familiar, 29% la agresividad y aumenta en 34% la eficacia escolar y 20% su creatividad.
(FIN) SMS/RRC
Published: 7/9/2018