Conoce a Betty Peña Crespo, la ejemplar pobladora asháninka que ayuda a los niños de su comunidad Quemperi, ubicada en plena selva de Satipo, a acceder a plataforma Aprendo en Casa. ANDINA/Difusión
Betty Peña Crespo se ha convertido en una figura popular para los niños de su querida comunidad Quemperi, ubicada en plena selva central. Ella no es una artista ni una figura pública, los niños la quieren porque ella implementó su vivienda para que los menores puedan acceder a la estrategia Aprendo en Casa y no pierdan sus clases.
En la comunidad indígena de Quempiri, ubicada al borde del río Ene, en la provincia de Satipo, región Junín, a más de siete horas de viaje en camioneta y otras diez horas de traslado en bote desde Huancayo, los niños no cuentan con las herramientas digitales ideales para acceder a la plataforma virtual Aprendo en casa, implementada debido a la suspensión de las clases presenciales decretada para evitar la propagación del coronavirus (covid-19).
Muchas familias de esta comunidad no cuentan con teléfonos celulares, computadoras, televisión ni radio, lo que dificulta el aprendizaje de los menores. Ante esta realidad, Betty Peña, usuaria del programa Juntos del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), contrató internet satelital y convirtió un ambiente de su vivienda en un centro de estudios de Aprendo en casa, donde se cumplen todas las medidas sanitarias correspondientes para evitar el contagio de la covid-19.
“Si algo he aprendido en Juntos es a entender que la única forma de salir de la pobreza es estudiando y no podía permitir que estas niñas y niños perdieran sus clases. Aprendamos a compartir lo poco que tenemos a nuestro alcance, así como la naturaleza nos da sus frutos, nosotros compartamos lo que poseemos para salir de esta crisis”, cuenta Betty, que además de usuaria, es también presidenta de las madres del programa Juntos del Midis en la zona.
Betty es madre de dos niñas: Yaru (12) y Sami (8), quienes no tuvieron inconvenientes para seguir sus clases a distancia a través de la citada plataforma virtual del Ministerio de Educación. Sin embargo, en los hogares de muchos escolares de la comunidad no contaban con las herramientas para seguir estudiando. Ante la dificultad, la usuaria de Juntos contactó a un proveedor de servicio de internet satelital y, pronto, le instalaron una pequeña antena y un módem.
Un par de días después ya tenía internet para compartir con todos las niños que necesitaran conectarse para seguir estudiando. Estableció reglas, horarios y medidas sanitarias. Así, de la noche a la mañana, su vivienda, hecha de pajas, esteras y techo de shapaja (una planta típica de la zona), se convirtió en un modesto centro de estudios.
Cada día recibe en dos turnos a 10 niñas y niños que ya se ganaron el corazón de Betty, a quienes no solo les brinda internet, sino también su celular cuando lo necesitan. Esta usuaria de Juntos se ha convertido en una especie de tutora de estudios pues se ha puesto en contacto directo con las y los docentes de la zona para coordinar la asignación de tareas en cada grado.
Quempiri es una pequeña comunidad indígena con poco más de 300 familias, la mayoría de la etnia asháninka. Pese a la lejanía, los miembros de la comunidad cumplen un estricto protocolo para evitar el contagio de la covid-19. Gracias a estos cuidados, seguidos disciplinadamente por niñas, niños, personas adultas y personas adultas mayores, hasta el momento no se ha reportado ningún caso de coronavirus en el lugar. Además, la comunidad decidió cerrar sus fronteras y organizarse en pequeños grupos para comprar los víveres en zonas cercanas, con el objetivo de reducir el riesgo de contraer el virus. Hasta ahora, no han registrado casos.
El programa Juntos del Midis busca promover que las familias envíen a sus hijas e hijos a los centros educativos y los lleven también a los centros de salud para que reciban todos sus controles, por eso el esmero de Betty en que no pierdan sus clases.
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(FIN) PTM/MAO
JRA
Published: 7/13/2020