El sismo de magnitud 7.0 que sacudió parte de la región de Arequipa en la madrugada de hoy, y que también se sintió en Ica e incluso Lima, no tuvo efectos catastróficos debido a varios factores, explicó Hernando Tavera, jefe del Instituto Geofísico del Perú (IGP).
De acuerdo con el reporte del Centro Sismológico Nacional, el movimiento telúrico se produjo a las 00:36:27 horas del viernes 28 de junio, a una profundidad de 42 kilómetros y a 54 kilómetros al suroeste de la localidad de Yauca, en la provincia de Caravelí, región Arequipa.
Según las primeras evaluaciones del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), no se reportan viviendas destruidas como consecuencia del evento telúrico. Sin embargo, algunas edificaciones han sufrido daños en sus paredes y se está llevando a cabo la verificación respectiva para tener un balance completo.
¿Por qué no tuvo efectos catastróficos?
En diálogo con la Agencia Andina, Hernando Tavera explicó que este sismo, a pesar de que ha tenido una profundidad superficial (menor a los 60 kilómetros), “el epicentro estaba bastante alejado de la zona costera, lo cual ha disminuido el nivel del sacudimiento del suelo”.
Esto significa que la intensidad del sismo, aunque significativa, no fue suficiente para causar daños estructurales a nivel de colapso.
Precisó que, aunque se reportaron daños menores en algunas viviendas e instituciones educativas, como paredes caídas o rajaduras, estos no fueron tan graves como se podría esperar de un movimiento telúrico de esta magnitud.
En esa línea, otra razón importante que repercute en el daño a la población, resaltó Tavera, son las construcciones mal hechas o débiles y la calidad de los suelos sobre los cuales se han edificado.
"Para entender el daño que puede ocasionar un sismo, hay que considerar el material de construcción. Una vivienda de adobe es más propensa a colapsar que una de concreto", añadió.
El experto comparó este evento con el devastador sismo de Pisco, ocurrido el 15 de setiembre de 2007, donde la magnitud del sismo fue 30 veces mayor. “Eso significa que el suelo se sacudió 30 veces con mayor intensidad y explica por qué en ese momento hubo más daños que ahora”.
En aquella ocasión, el terremoto de magnitud 7.9 destruyó las provincias de Pisco, Chincha, Ica y Cañete con un saldo lamentable de 596 fallecidos, más de 2,200 heridos y 432,000 damnificados, según cifras oficiales.
En el caso del fuerte movimiento telúrico en Arequipa de magnitud 7.0, el gobierno regional ha reportado, hasta el momento, 14 personas heridas (cinco en Yauca, uno en Atiquipa y 8 en Acarí), 14 viviendas afectadas (seis en Yauca, tres en Cahuacho, tres en Acarí y dos en Bella Unión), así como dos puentes y seis instituciones educativas dañadas.
Silencio sísmico de 278 años
El jefe del IGP también recordó que el sismo más grande que se ha dado en la costa central peruana ocurrió en el año 1746 con una magnitud entre 8.8 y 9.0. Desde entonces, no hubo otro de magnitud elevada. Por tanto, la ciudad de Lima Metropolitana lleva 278 años de acumulación de energía que solo se liberará con un sismo de más de 8.0 de magnitud.
Tavera reiteró que el Perú, sobre todo la costa, se encuentra en zona sísmica, y advirtió que a medida que pasan los años se incrementa el “silencio sísmico”, por lo que la población debe estar permanentemente preparada y sobre todo, insistió, construir casas seguras.
“No gastemos esfuerzo ni energía en saber cuándo va a ocurrir otro sismo de gran magnitud porque de todas maneras pasará. Lo que sí podemos hacer es reducir nuestro nivel de riesgo construyendo mejor nuestras viviendas con buenos materiales y en suelos adecuados”, concluyó.