La economía global se frenará más de lo esperado en el 2023, un año en el que buena parte del mundo se asomará a la recesión o acabará cayendo en ella, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha rebajado en dos décimas, hasta 2.7 %, su previsión de crecimiento para el próximo año.
En su informe de perspectivas económicas globales publicado en la víspera, el FMI mantiene en 3.2% su previsión de crecimiento global para el 2022 y advierte que los riesgos, que ya han ralentizado la evolución económica mundial, van a persistir y podrían empeorar la actividad productiva.
"La economía mundial sigue enfrentándose a fuertes desafíos formados por tres poderosas fuerzas: la invasión rusa de Ucrania, la crisis del costo de la vida causada por las persistentes y crecientes presiones inflacionistas, y la desaceleración de China", señala el organismo multilateral.
"Nuestra previsión de crecimiento mundial para este año se mantiene en 3.2 %, mientras que nuestra proyección para el 2023 se reduce a 2.7 %, 0.2 puntos porcentuales menos que la previsión de julio", agrega.
"La desaceleración del 2023 tendrá una base amplia. Se espera que los países que representan un tercio de la economía mundial se contraigan este año o el próximo. Las tres mayores economías: Estados Unidos, China y la zona del euro, seguirán estancadas. En resumen lo peor está por llegar y para muchos el 2023 se sentirá como una recesión", indica el FMI.
"En Estados Unidos, el endurecimiento de las condiciones monetarias y financieras frenará el crecimiento hasta el 1 % el 2023. En China hemos rebajado la previsión de crecimiento para el próximo año a un 4.4 % debido al debilitamiento del sector inmobiliario y a las continuas rebajas", añade.
El FMI sostiene que "la desaceleración es más pronunciada en la zona euro, donde la crisis energética provocada por la guerra seguirá pasando factura, reduciendo el crecimiento al 0.5 % el 2023".
"El invierno del 2022 será difícil, pero el del 2023 probablemente será peor. La fortaleza del dólar es también un reto importante. El dólar está ahora en su punto más fuerte desde principios de la década del 2000, sobre todo frente a las economías avanzadas, pero también frente a los mercados emergentes", manifiesta.
"Hasta ahora esta subida parece impulsada sobre todo por fuerzas fundamentales, como el endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos y la crisis energética", agrega.
Respuesta
El organismo multilateral señala que "la respuesta adecuada es calibrar la política monetaria para mantener la estabilidad de los precios dejando que el tipo de cambio se ajuste, conservando las valiosas reservas de divisas para cuando las condiciones financieras empeoren realmente".
"En otras palabras, dado que la economía mundial se dirige hacia aguas tormentosas, ahora es el momento de que los responsables políticos de los mercados emergentes cierren las escotillas. Por último, la crisis energética y alimentaria, unida a las temperaturas extremas del verano, nos recuerdan crudamente cómo sería una transición climática incontrolada", afirma.
"Hay nubes en el horizonte, pero los avances en las políticas climáticas, la resolución de la deuda y otras cuestiones globales específicas demostrarán que una cooperación reforzada puede lograr avances para todos y ayudar a superar la fragmentación geoeconómica", añade.