Especialistas de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco (DDCC) desarrollan labores de control al crecimiento de vegetación que dejó la temporada de lluvias en el Santuario Inca de Machu Picchu, como parte del Plan de Conservación y Mantenimiento en el ícono turístico.
Fernando Astete Victoria, jefe del Parque Arqueológico, declaró a la Agencia Andina que los trabajos ya empezaron pese a las precipitaciones que se prolongaron hasta las primeras semanas de abril. Esta labor consiste en una estratégica limpieza de la maleza.
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“La maleza ha crecido mucho por las lluvias, se hace un corte controlado para evitar que las raíces malogren las estructuras líticas. Generalmente estas crecen en las andenerías, terrazas”, precisó el especialista.
El jefe del Parque Arqueológico explicó que la vegetación es distinta, al estar ubicada Machu Picchu en la ceja de selva, sobre los 2,430 metros sobre el nivel del mar, “crece rápidamente, uno corta y corta, pero al mes y medio llega a los 40 o 50 centímetros”, subrayó.
El objetivo de mantener la vegetación a cierto nivel es mantener en armonía la ciudad pétrea con la naturaleza, no obstante ver que no afecte el monumento “Hay un aspecto puntual, la vegetación no tiene que generar problemas a la estructura, los elementos líticos no pueden perder plomada y moverse”, especificó.
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“Al controlar la vegetación se plantea a que no cubra los paramentos, lo que se quiere es que se vea la obra humana y no la presencia de los vegetales”, aseveró.
Fernando Astete es consciente que el presente año las lluvias se prolongaron a causa del cambio climático, incluso citó como ejemplo que similar situación atraviesan en Europa y otros continentes, y durante este tiempo su personal priorizó el sistema de drenajes de agua.
De esa manera permitieron que el líquido no se deposite en la ciudad y discurra sin afectar el monumento, sin embargo, ahora atravesarán un periodo de humedad en la que los líquenes o vegetación que se apodera de los elementos líticos.
Los líquenes, organismos que surgen de un hongo y un alga, también son controlados al ser Machu Picchu su hábitat, estas pueden afectar los muros, empero, hay un grupo itinerante de biólogos que contralan el desplazamiento.
Estas labores de conservación y mantenimiento, según se informó, no impiden el normal recorrido de turistas nacionales y extranjeros, quienes por ésta época disfrutan de un variado clima.
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(FIN) PHS/MAO
Published: 4/24/2018