Mediante trabajos de investigación en el laboratorio de Cambio Climático, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) ha identificado variedades de frijol que resisten a niveles severos de estrés hídrico, así como tecnologías de ahorro de agua que permiten reponer al cultivo la cantidad de agua evapotranspirada.
Se trata del frijol INIA 439 COSTACEN, desarrollado por el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) del Midagri, y el Canario Camanejo quienes, por su buena composición genética, tienen actitudes para una adecuada adaptabilidad a eventos de cambio climático.
Esta información se obtuvo a través del proyecto “Composición genética, efecto del estrés hídrico y mecanismos de adaptación fisiológica” realizado por el INIA, el cual comprobó que estas variedades pueden soportar situaciones de estrés hídrico y generar una producción de 3.5 toneladas por hectárea en promedio.
Para ello, el INIA ejecutó ensayos experimentales a nivel de campo con diferentes niveles de riego en función a la evapotranspiración del cultivo, empleando válvulas de control para la automatización del sistema de riego por goteo, así como el monitoreo del contenido de clorofila, cierre estomático, acumulación de biomasa, variación de altura de planta, rendimiento antes y después del ciclo de estrés.
Seguridad alimentaria
Este hallazgo es clave para la seguridad alimentaria y la economía de nuestro país, ya que permitirá que más de 15 mil productores de la costa central, norte y sur del país cuenten con semillas de frijol que garanticen una buena productividad por hectárea en posibles situaciones de cambio climático.
En tanto, el INIA ha desarrollado una tecnología, a base de instalación de trébol, que permite mantener la humedad de los suelos agrarios en hectáreas de maíz amiláceo, convirtiéndose en una alternativa para mejorar el rendimiento del cultivo, optimizar el uso del recurso hídrico y potenciar la economía de la Agricultura Familiar.
Este estudio, comprendido en el proyecto “Reducción de la degradación de los suelos agrarios”, ha demostrado que la cobertura con trébol protege las plantaciones de la erosión hídrica y reduce el impacto de las gotas de lluvia conservando la humedad del suelo. Esto favorece la optimización del recurso hídrico y la calidad del cultivo.
Según los resultados experimentales en Ayacucho y Huancavelica, esta tecnología evita la evaporación del agua del suelo entre 14 a 38% generando un ahorro de 11 mil a 25 mil litros de recurso hídrico por hectárea (ha). Además, aporta al cultivo entre 90 a 210 Kh Ha-1 de nitrógeno y entre 1,500 a 6,500 Kg ha-1 de materia orgánica, incrementando hasta un 21% su rendimiento de cosecha.
Con la información obtenida, el INIA desarrollará paquetes tecnológicos integrales en manejo de suelos agrarios y agua de lluvia de tal forma que ayude a un mejor uso del recurso hídrico, proteger la calidad del cultivo del maíz amiláceo e incrementar la economía de los pequeños y medianos agricultores.
Informes técnicos dan cuenta que, en el Perú más del 75% de la agricultura se realiza bajo técnica de riego en secano sobre suelos frágiles y degradados. Debido al cambio climático se viene generando una disminución de las precipitaciones pluviales (30% en Ayacucho; 20% en Puno, Huancavelica y Cajamarca) disminuyendo los recursos hídricos en la parte alta.
Para la consolidación y validación de la tecnología, el INIA ofrecerá diversas visitas de campo a los lugares de investigación donde se proporcionará al agricultor la información especializada.
“Buscamos promover el uso eficiente del agua y el cuidado de los cultivos para impulsar el desarrollo de la agricultura familiar y sostenible”, puntualizó Federico Tenorio, ministro de Desarrollo Agrario y Riego.
(FIN) NDP/LZD
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Published: 4/3/2021