El exjefe del FBI admitió en su declaración bajo juramento que le pidió a un amigo que filtrara a un periodista apuntes en los que detallaba sus reuniones con Trump.
"Lo hice porque pensaba que ello llevaría a la nominación de un fiscal especial" independiente para conducir la investigación sobre la presunta interferencia rusa, dijo Comey ante los senadores.
La estrategia funcionó. Las indagatorias son actualmente conducidas por un fiscal especial independiente con altos poderes, Robert Mueller, quien fue designado para ello por el departamento de Justicia.
El testimonio de Comey provocó un terremoto político en Washington y se transformó en un episodio de consecuencias imprevisibles para el futuro de Trump.
Pero el abogado del presidente, Marc Kasowitz, rechazó la veracidad de las partes comprometedoras de las declaraciones de Comey, e incluso insinuó la posibilidad de procesarlo por admitir haber filtrado a la prensa información reservada sobre un diálogo con el presidente.
(FIN) AFP/RES