Innumerables fines de semana inmersa entre libros y fórmulas, así como horas sustraídas al sueño y la diversión, incluso lejos de quienes más ama, son algunos de los ingredientes con los que Carol Flores Fernández se abrió camino en el exigente mundo de la excelencia académica.
El amor de Carol por la química nació de la mano de su admiración por la naturaleza en Santiago de Challas, un apacible pueblo de la provincia de Pataz, en la región La Libertad.
Su mamá, enfermera a cargo de la posta local, tuvo que dejar Trujillo y se instaló con su familia en dicha localidad, en la que su esposo también abrió una pequeña bodega.
Allí, rodeada de paisajes en los que parecía que el tiempo se había detenido, Carol halló en el campo su cómplice ideal para estudiar.
“Lo que muchos lo tomaban como desventaja, yo lo vi como una oportunidad. Había tanta calma que solo me dedicaba a estudiar y nadie me distraía. Tenía árboles y arbustos que disfrutaba contemplar”, recuerda.
A lo largo de todo el colegio, Carol obtuvo el primer puesto en el cuadro de mérito, lo que la llevó a ganar su primer galardón: una beca de excelencia para estudiar en la Universidad Nacional de Trujillo.
Sin embargo, a sus escasos 16 años, ella ya había puesto los ojos en San Marcos, en Lima, y se hizo con el propósito de ingresar a la Decana de América.
Tras superar un periodo de adaptación, pues los paisajes urbanos de Lima distan mucho de los que Carol había conocido hasta entonces, ella no solo ingresó a la universidad de sus sueños, sino que terminó sus estudios de pregrado en la Facultad de Farmacia y Bioquímica como la primera de su promoción.
Motivada por sus éxitos, dio rienda suelta a su espíritu innovador y concluyó una maestría en Biotecnología en su alma máter.
Luego trabajó en el Laboratorio de Biología Molecular de su facultad, puesto que – gracias al financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) - le permitió acceder a un proyecto en el Laboratorio del Departamento de Ingeniería Bioquímica del
University College London, en el Reino Unido.
Su talento empezaba a cruzar fronteras y así quedó plasmado en el paper que publicó sobre dicha experiencia en la revista indexada Biotechnology Progress.
“Desde que egresé no he hecho otra cosa que investigar porque me gusta aportar con mis conocimientos al desarrollo del país”, comenta Carol al recordar el proyecto.
Convencida de que podía afianzar su carrera, decidió postular a la más reciente
convocatoria para la Beca Presidente de la República, que brinda a jóvenes talentosos con limitados escasos recursos económicos la posibilidad de seguir estudios de postgrado (maestrías y doctorados) en las más prestigiosas universidades del mundo.
Una vez más, Carol sorprendió gratamente al alcanzar el primer puesto entre las 120 profesionales que obtuvieron la beca.
“Estudiaré becada el PhD en Ingeniería Bioquímica en el University College London, porque me interesan los bioprocesos industriales para tener productos de valor agregado y producir compuestos que permitan degradar residuos agroindustriales”, afirma Carol.
Se manifiesta entusiasmada ante el sinfín de posibilidades que se abrirán ante ella y sin descartar la posibilidad de continuar con su labor de docente universitaria, su otra gran pasión.
Mientras deja todo listo para su viaje, previsto para este mes, Carol disfruta el tiempo con su familia, a la que dejará de ver durante los cuatro años que estudiará en Londres. No sabemos cuál será su próximo reto, pero gracias a su dedicación e infatigable ímpetu, es más que seguro que lo logrará.
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(FIN) NDP/LT
Published: 1/5/2019