Borussia Dortmund sufrió un mazazo en su pelea por acercarse a los cuatro primeros clasificados de la Bundesliga en el estreno de su nuevo entrenador, Niko Kovac, derrotado 1-2 por el Stuttgart para terminar la jornada del sábado a seis puntos de la última plaza con acceso a la Liga de Campeones.
El Borussia Dortmund se enfrentó a un duro hueso de roer para intentar levantarse de una situación anómala para un club de grandes dimensiones. El Stuttgart siempre es un equipo muy complicado. Y eso que acudió a la cita envuelto en una mala racha de resultados tras sumar dos derrotas consecutivas ante el Mainz y el Mönchengladbach. Pero ese dato, no significaba nada.
Kovac se sentó en el banquillo como un posible revulsivo frente a una situación penosa en la Bundesliga. Le esperaban con ansiedad por el equipo de la cuenca del Ruhr para sustituir al interino Mike Tullberg (técnico circunstancial tras la destitución de Nuri Sahin).
En su alineación, sólo una novedad respecto al último encuentro que dirigió Tullberg frente al Heidenheim: salió de la zona de ataque Julien Duranville y entró Karim Adeyemi que, sin duda, fue de los más insistentes del Dortmund. Sin embargo, el extremo germano falló en los últimos metros y su equipo lo pagaría caro porque pasó poder jugar con ventaja a ir a rebufo en el último tramo.
Pero en general, el Dortmund mostró el mismo fútbol plano, gris, sin verticalidad y espeso con el que se ha complicado su existencia europea esta temporada. Sobre todo en la primera parte, en la que ambos equipos vivieron en un tanteo permanente con muy pocas ocasiones, apenas una clara para cada equipo que se fueron al limbo.
La más clara fue para Deniz Undav, que desperdició un mano a mano frente a Gregor Kobel. El delantero del Stuttgart aprovechó un error garrafal en la entrega de Anton a su portero y se durmió en la resolución final. Intentó un recorte estéril y Emre Can le robó la cartera en el último momento.
En esa acción se comprobó que a Anton le afectaban los silbidos continuos de la que un día fue su afición. Unos 8.000 hinchas del Stuttgart intentaron amedrentar al central del Dortmund con pitidos continuos. Nervioso, falló en la primera parte y también en la segunda con un gol en propia meta que desató el jolgorio entre el sector de la grada visitante.
Al remate de Undav contestó Adeyemi con un taconazo desde dentro del área pequeña que salvó Alexander Nübel. Y con ese intento, el Dortmund se fue a los vestuarios para salir algo más enchufado, con rabia y con ganas de cambiar la situación de un partido que estaba atascado. Pero de nuevo, Adeyemi falló en otro remate que precedió al tanto de Anton en propia meta.
El central del Dortmund despejó hacia su propia portería un centro desde la banda derecha de Chris Führich y generó una incertidumbre tremenda en el equipo de Kovac. De hecho, casi se derrumbó por completo. La buena salida al césped del Dortmund tras el descanso quedó en nada con el desacierto de Anton y quedó muy tocado con el 0-2, obra de Jeff Chabot en el minuto 62 gracias a una volea certera desde dentro del área.
Pudo recortar distancias pronto, pero Jamie Gittens se encontró con un paradón de Nübel que acabó con la pelota golpeando el larguero de la portería del Stuttgart. Sí acertó Julian Brandt, en los últimos minutos, pero ya era demasiado tarde. Rozó la igualada, pero no la consiguió y se quedó sin unos puntos importantísimos.
Al final, el Dortmund, con Kovac al frente, tampoco termina de arrancar. El técnico croata tiene mucho trabajo por delante para terminar el curso entre los cuatro mejores. De momento, esa plaza le corresponde al Stuttgart, más acertado en otra tarde aciaga para su rival, que no cumplió aquello de 'entrenador nuevo, victoria segura'.