Inspectores sanitarios del Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) realizan monitoreos sanitarios programados en la Bahía de Sechura, como parte del proceso de revaluación sanitaria que se realiza en esta importante zona costera, donde el 80% de conchas de abanico de todo el país, es sembrada, cultivada y procesada.
La
autoridad sanitaria en productos hidrobiológicos, desarrolla este trabajo revaluador en 197 puntos identificados en 9 áreas de la Bahía de Sechura: 1.- Puerto Rico, 2.- Vichayo, 3.- Barrancos, 4.- Parachique, 5.- Las Delicias, 6.- Constante, 7.- Matacaballo, 8.- Chulliyachi y 9.- San Pedro 1, que involucra la participación de 240 asociaciones locales de productores de concha de abanico y 2 500 maricultores, que podrán seguir cosechando y exportando a diversos mercados del mundo.
En esa línea, Edgar Obando Coral, forma parte del grupo de
inspectores sanitarios marítimos que cumplen un rol fundamental durante la toma de muestras de conchas de abanico y agua de mar, para confirmar la clasificación tipo A en las 9 áreas donde se produce el preciado molusco que enriquece la gastronomía peruana.
Desde hace más de 3 años, el ingeniero ambiental de la Oficina Desconcentrada de Sanipes en Piura, realiza tareas para garantizar la inocuidad de los recursos hidrobiológicos, es así, que cuando fue convocado para formar parte del grupo revaluador, no dudó ni un instante en cumplir esta nueva misión y sumergirse en la zona costera.
El profesional de Sanipes resaltó que, la labor de los fiscalizadores sanitarios fortalece las buenas prácticas acuícolas en la producción de este molusco. “Esperamos pronto tener los resultados de la revaluación sanitaria, están saliendo favorables, de confirmarse podremos mantener la clasificación tipo A, que quiere decir que las conchas de abanico se mantienen en buenas condiciones para seguir siendo comercializadas”, acotó.
Los estudios que se realizan permitirán identificar las fuentes de contaminación que impactan en las áreas de producción, determinar la dilución y dispersión de contaminantes que aún se vierten en esta zona, evaluar la condición sanitaria del agua de mar y la de los moluscos bivalvos vivos, además de evaluar las corrientes marinas superficiales y de fondo.
De esta manera, el agua de mar y los ejemplares de conchas de abanico que extraen, son enviados a los laboratorios de microbiología de Sanipes, en Sechura y el Callao, para el desarrollo de rigurosos ensayos, que determinen la calidad e idoneidad de los recursos hidrobiológicos, y con ello la aptitud para la exportación a diferentes países del mundo.
Concha de abanico motor de desarrollo
En la bahía de Sechura, pescadores y maricultores tienen gran expectativa en los resultados de la revaluación, la cual busca confirmar la calidad sanitaria en las áreas objeto del estudio. Alex Cotrina Llique, se dedica al cultivo de especies marinas y ha diversificado o complementado sus labores de pesca con la captura del molusco bivaldo.
“En mis faenas aplico los protocolos que aprendí en las capacitaciones tanto en manipuleo, preservación, higiene y transporte. En principio la embarcación cuenta con habilitación sanitaria, muy temprano nos embarcamos con la indumentaria correcta, es decir, aplicamos todo lo que dice el Manual… [El Manual de buenas prácticas de manipulación y preservación a bordo].
Por su parte, Rosa Panta Ruiz (27) de la Asociación Pesquera ¨Dios es amor¨, considera que ayuda mucho a la masa pescadora, la revaluación sanitaria que realiza de la Bahía de Sechura.
“Los monitoreos quincenales ayudan a cuidar nuestro océano, se garantiza la calidad del producto que extraemos para exportarlo a otros países. Son muchas las personas beneficiadas, así podemos salir adelante”, mencionó.
Cabe mencionar, que, cada 6 años o en períodos menores, se debe realizar la revaluación sanitaria a las áreas de producción de conchas de abanico, según lo establece el D.S ° 004-2018-PRODUCE. A la fecha, el Organismo Nacional de Sanidad Pesquera, ha ejecutado más del 90 % de los monitoreos sanitarios programados en esta bahía.
Por último, Sanipes recordó que entre el 2015 al 2020 se extrajeron 17 millones de conchas de abanico equivalentes en producto comestible (tallo + coral), aproximadamente a 50,000 toneladas procedentes de 151 centros de cultivo habilitados sanitariamente.