Si sufres una quemadura, mantener la calma será lo más importante, según el doctor Pedro Ciudad Cruz, jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del hospital Arzobispo Loayza, en el Cercado de Lima. En estos casos, actuar correctamente puede marcar la diferencia entre una recuperación adecuada y complicaciones graves, señaló.
El especialista recomienda alejar a la persona afectada de la fuente de calor o del área insegura, aplicar agua fría corriente (directamente del caño) sobre la quemadura para refrescarla, cubrir la herida con una gasa, toalla o paño limpio, y trasladarla de inmediato al centro de salud más cercano.
“No debe aplicarse ningún tipo de ungüento, crema, aceite, frutas o hierbas sobre la zona afectada, ya que esto podría empeorar las lesiones y dificultar la recuperación”, advirtió el médico. Estas acciones, que son comunes en algunos hogares, pueden profundizar las quemaduras e incrementar el riesgo de infecciones.
Ciudad Cruz subrayó la gravedad de este tipo de lesiones, que no solo afectan físicamente, sino también psicológicamente, impactando de manera significativa la calidad de vida de las víctimas. “Las quemaduras suelen dejar secuelas permanentes, por lo que la prevención es clave”.
Cabe indicar que el Ministerio de Salud (Minsa), en colaboración con la Policía Nacional del Perú y la Sucamec, ha lanzado una campaña nacional con el objetivo de garantizar una Navidad segura y libre de accidentes, promoviendo la prevención de este tipo de emergencias.
Pirotécnicos
La coordinadora de la Unidad de Gestión de Riesgo de Desastres del Nacional Hospital Arzobispo Loayza, Cinthia Evangelista Medina, explicó que dentro de las lesiones más frecuentes por el uso de pirotécnicos figuran las quemaduras de primer o segundo grado, así como las amputaciones de los dedos.
También están llegando pacientes con pérdida de la audición o la visión, en este último caso a consecuencia de las esquirlas que impactan sobre los ojos, advirtió.
Comentó sobre la venta de pequeños pirotécnicos envuelto en papel brillante, muy atractivos porque parecen golosinas, son en realidad sustancias químicas como la pólvora, que podrían provocar una intoxicación.
“Es muy importante que los niños, sobre todo los más pequeños, estén siempre bajo la supervisión de un adulto. Y si, a pesar de esos cuidados, un niño ingiere uno de estos productos, debe ser llevado rápidamente a un centro de salud para que reciba atención profesional e inmediata”.
Igualmente, demandó extremar los cuidados en casa sobre aquellos pequeños que sufren de trastornos del espectro autista o síndrome de Down, pues son muy vulnerables a los ruidos fuertes producto de los estallidos y explosiones.
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(FIN) NDP/RRC
Publicado: 19/12/2024