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Gabriela Fernández dejó todo por amor y hoy destaca en el campo cultural chileno

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08:54 | Lima, ene. 30.

Por Cecilia Fernández Sivori

Partió del Perú hace más de dos décadas rumbo a Chile movida por el amor. Tras diversas peripecias, hoy Gabriela Fernández Chang se ha convertido en un puente que no solo fomenta la lectura, sino que también trabaja con las migraciones mediante su arma más poderosa: la cultura.

Gabriela recuerda sus años escolares, en el colegio José Antonio Encinas, junto a un gran grupo de compañeros chilenos, quienes llegaron al Perú en la época de la dictadura de Augusto Pinochet.

 Sin saberlo, ese sería su primer acercamiento al sentir del migrante, pues aprendió a conocerlos y a vincularse con ellos. Años después, intentaría retomar contacto con un integrante de ese grupo, “un amor platónico escolar”, como lo define. 

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“Él había partido del Perú cuando regresa la democracia a Chile y el contacto se cortó”, nos explica sobre el porqué llegó al vecino país.

“Con el correr del tiempo lo busqué y retomamos esa amistad y así, sin darnos cuenta, nos enamoramos. Cuando llegó el tener que decidir dónde nos establecíamos, él, que es científico matemático, me propone ir a radicarme en Valparaíso”, recuerda.


Choque cultural


Subraya que fue una decisión importante, pues en Lima ella era profesional en el mundo de las Comunicaciones, había egresado de la Ensad y tenía una vida. “Pero el amor me trajo aquí. No conocía a nadie y fue un choque cultural muy fuerte”, recuerda.

Ella sabía que todo lo que conocía no era necesariamente valorado en la escena chilena, por lo que tuvo que volver a tejer redes de contacto, estudiar de nuevo y enfrentar la soledad.



“Al principio tuve experiencias muy fuertes, feas, como voluntaria. Recuerdo haber estado en una clase maestra y un compañero me preguntó por qué llevaba a mi hija tan pequeña a esos espacios donde lloraba. Me dijo que era una mala madre”, recuerda.

“Otras veces me peloteaban para no hacerme parte, era hasta indignante y lloraba a mares; pero yo insistía y hasta que lograra estar no paraba. Cosas como que pides la palabra y no te la dan”, agrega.

Reflexiona que las experiencias de un migrante son muy fuertes y por ello decidió enfocarse en la oralidad, el teatro y la música con una fuerte perspectiva intercultural, aplicada a la problemática migrante, pero también al empoderamiento, a la lucha contra el bullying en las escuelas, entre otras”, nos explica.

Así, Gabriela hoy es referente en Chile; no en vano ha sido ganadora del Premio a las Culturas, las Artes y el Patrimonio en la categoría de Interculturalidad; también accedió  a diversos estímulos económicos del Estado para visibilizar esas problemáticas a través de Ancalli Artes Escénicas, del grupo de teatro de Mujeres y Disidentes Migrantes; y de una productora en la que desarrolla diversas apuestas de manera autogestionada.

No en vano fomenta la lectura mediante el Plan Regional de la Lectura con su propuesta “Cuentos que sanan”, “Cuentos que unen” y la puesta “Vino por la causa”, con la que explica las razones de por qué migramos.



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Y en septiembre del 2024 se adjudicó, por medio del Fondo de Circulación Internacional, la posibilidad de participar en uno de los encuentros de contadores de historias más antiguos de Colombia gracias a que el Gobierno de Chile financió su viaje y honorarios para representar a Chile y al Perú.

Una vida soñada


Gabriela es una convencida de que en esta vida uno tiene que generar cambios. “Hoy tengo mi vida soñada. Es una fortuna poder hacer lo que me gusta, lo que uno ama y que esto impacte positivamente en la sociedad”, destaca.

Sus padres, sin duda, fueron el soporte angular para que ella desarrollara esta sensibilidad. Y es que ellos la apoyaron desde siempre, ya que ambos compartieron ese amor por las artes escénicas.

“Ellos se conocieron haciendo teatro cuando mi mamá estudiaba Medicina y mi papá fue con su grupo a la universidad. De hecho, mi abuela materna, en el 87, me hizo ser parte de una gira por Chimbote teatralizando una campaña de vacunación donde ella era la muerte y yo la niña a la que le daban todas las enfermedades por no vacunarse”, rememora. 

Ya cuajada en lo suyo, le queda la satisfacción de que su madre la vio realizada y haciendo patria en otro país; “ella partió de este plano hace 7 años y sé que estaba muy orgullosa”, concluye.  

Calidad escénica 


Gabriela vuelve al Perú en febrero. Se presentará en la Casa de la Cultura del Consorcio Cultural La Compañía, el 8 de febrero, a las 19:30 horas.

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Luego, en la Feria del Libro de Amazonas, el 15 de febrero al mediodía. Asimismo, el 22 de febrero se presentará en la sala Hanan Pacha, de la Casa Cultural Haciendo Pueblo, a las 19:00 horas.

Su regreso a Lima es una oportunidad imperdible para disfrutar de su talento y celebrar el poder de las historias.

Su arte ha sido reconocido no solo por su calidad escénica, sino también por su capacidad de tejer un manto multicultural que une y celebra las diferencias, permitiendo la construcción de nuevas realidades a través de la oralidad y el arte.

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(FIN) CFS/CFS

Publicado: 30/1/2025