“Ellos querían que estudiara otra cosa; mi papá era ingeniero agrónomo y se esperaba que hiciera algo relacionado ¿no? Cuando les dije que quería estudiar actuación, me dijeron ¿cómo vas a vivir de esto? Se preocuparon”, recuerda con nostalgia.
“Pero soy muy testadura y a mis 15 años les dije si ustedes no quieren, igual voy a hacerlo. Así inicié dos años de estudios generales como una forma de que ellos vieran que podía darse otra posibilidad profesional, pero yo sabía que no había forma de que yo no fuera a ser actriz”, recuerda sobre sus inicios académicos.
Cuenta que al cabo de dos años comenzó a generar su propio dinero. Quería demostrarles a sus padres, afirma, que siendo muy chica podía vivir de lo que amaba.
“Al ver que estudiaba y trabaja, siendo completamente madura en mis responsabilidades, no les quedó otra que dejarme ser”, nos revela.
Así realizó con éxito la carrera de Artes Escénicas en la Universidad Católica y en la escuela de Roberto Ángeles.
Lee también:
["Carlos Atoche: El peruano que le abre camino al arte en Europa"]“Mis profesores siempre creyeron en mí. Hice algunas producciones y participé, por ejemplo, en Tu voz persiste; obra con la que recuerdo viajamos a Santiago”, añora.
“Estuve involucrada siempre en teatro, impro y creación colectiva. Hasta que en el 2015 me licencié con el sueño pendiente de hacer una maestría fuera. En el 2017 mandé mis papeles para postular a la Royal Academy of Dramatic Art en el Reino Unido e incluso viajé para hacer una prueba”, recuerda.
Una elección de ensueño
Pepa regresó al Perú a esperar qué sucedía, consciente de que la selección era rigurosa. “Éramos miles de personas de todas partes del mundo. Recuerdo que quedamos como 400 aspirantes y luego solo 18”.
Desde esa aceptación, el mundo de Pepa tomaría un nuevo rumbo. Todo lo avanzado en el país quedaba a fojas cero para convertirse nuevamente en estudiante. Las emociones a mil y el sentido de comunidad y de poder colectivo volvieron a ser sus mejores instrumentos para solventar este nuevo reto.
“Si bien mi plan era regresar al Perú culminada la maestría, en el camino descubrí muchas cosas. Quería saber qué pasaba en el mundo del cine y series. Ahí fue darme cuenta de que no sabía nada de cómo funcionaban este tipo de cosas. La industria es gigante y está conectada de otra manera. Los actores tienen poco contacto, todo es a través del agente y directores de castings. Otro mundo”, nos narra.
“Comencé a explorar los teatros, conocer los financiamientos, las residencias artísticas. De por sí es una cultura muy distinta. Debí reconstruir mi carrera desde cero, ya que ellos tienen mucho valor por lo suyo, para ellos tus logros no significan nada; eres una principiante”, afirma.
La lucha fue intensa y un proceso de dolores de cabeza tremendo, rodeada de gente que solo hablaba inglés. A los cuatro días de arrancar la maestría, recuerda que se dijo: ¿qué hago acá?
“No soy tímida, pero me sentía cada vez más chiquita, pero a la vez me decía a mí misma que había hecho mucho esfuerzo para estar ahí. Cambié el chip y dije no voy a dejar de ser quien soy y permitir que la oportunidad me coma”, agrega.
En ese tránsito, Pepa asegura que los siete años siguientes fueron muy complejos.
Sin embargo, en ese espacio para conectar, experimentó el desarraigo y el saberse migrante, latina y peruana “Pero eso, lejos de sentirme menos, me hace decir que vengo de una cultura en la que estamos acostumbrados a luchar”.
Cuenta que fue mesera en las horas libres. Eran tiempos en los que tenia que comprar lo justo, compartir casa. Un año en el que tuvo que rascar de donde fuera. “El dinero siempre es un obstáculo, pero la peleé y de a poquitos comencé a entrar en la industria”, dice.
Hoy, Pepa siente Londres como su segundo hogar, ha ganado amigos y grupos de artistas. “Esta es una ciudad muy cara, que te come, brutal, de paso. Es una ciudad que te pelea y que si no resistes, te tienes que ir”, advierte.
Hoy, esta talentosa actriz nos dice orgullosa que vive de su arte. “Trabajo para la ONG Tender y damos capacitaciones por todo el Reino Unido, también en The Old Vic Theatre, uno de los mas importantes de Inglaterra; además de ser voice over y hacer stand up comedy; entre otras actividades vinculadas siempre con las artes escénicas”
“Hago de todo y me gusta esa diversificación. Estoy en esta carrera, en el juego largo y estoy aquí para quedarme”, dice convencida.
A raíz de su participación en Father Brown, la exitosa serie que tiene paralizados al Reino Unido y a Europa, le han salido audiciones para series mas importantes y es una gran oportunidad para propuestas que de otra manera quizá no se hubieran dado.
En el nombre del padre
Pepa repasa lo andado y piensa en el refugio familiar, que es parte de su existencia. “Todos están orgullosos de lo que he logrado. Mi mamá siempre me dice que ella lo está si soy feliz”, destaca.
El recuerdo de su padre también está presente y se quiebra al recordarlo. “Él estuvo muy orgulloso de mí, siento que todo esto él lo debe saber, estoy segura”.
Aunque no la acompaña en este plano físico, Pepa le deja un mensaje: “Le diría que estoy muy agradecida por todo el amor que me dio. Esa pasión sé que la heredé de él. Mi papá era el showman. Hacia música criolla, tocaba guitarra, cajón... Era un personaje que no aceptaba un no por respuesta. Fue un creador”, sentencia.
Más en Andina
(FIN) CFS/CFS