Hoy, el Parque Nacional Otishi celebra 22 años de creación, protegiendo en su interior a diversas especies animales y vegetales, y ofreciendo a sus visitantes bellos paisajes naturales. Conozcamos algunos detalles de este lugar.
Específicamente, esta zona protegida -que se extiende a lo largo de más de 300 mil hectáreas- se encuentra entre los distritos de Rio Tambo, de la provincia de Satipo, en Junin, y el distrito de Echarate, de la provincia de la Convención, en el Cusco.
Declarado Parque Nacional el 15 de enero del año 2003, Otishi alberga una amplia biodiversidad. Por su ubicación cercana a la cordillera Vilcabamba, presenta características del ámbito andino así como rasgos propios de la amazonia, al presentar un rango altitudinal que abarca desde los 750 hasta los 4185 metros sobre el nivel del mar.
Así, Otishi reúne al mayor número de cataratas existentes en el Perú, contabilizándose hasta la fecha más de una veintena de ellas. Entre estas se incluyen la catarata de Las Tres Hermanas, considerada la más alta del Perú, así como la de Parijaro.
La profusión de estas formaciones obedece a la composición calcárea de los suelos de este Parque Nacional, que también contribuye a la presencia de llamativas formaciones rocosas.
Fauna y flora
Ente las especies animales que habitan el Parque Nacional de Otishi se encuentran felinos como el puma, el ocelote, el yaguarundi, el jaguar y el margay; aves como el gallito de las rocas y el águila harpía, y mamíferos como el oso de anteojos, el tapir y el oso hormiguero.
Particular atención, por sus características naturales y por la protección que reciben, merecen simios como el mono aullador, el titi enano, el mono lanudo, el mono choro y el maquisapa. A ellos se suman más de un centenar de especies de murciélagos, además de reptiles y anuros.
La flora del lugar incluye helechos y palmeras, que se constituyen como el hábitat de varias de las especies animales que allí se encuentran.
Comunidades presentes
En el Parque Nacional Otishi residen también comunidades asháninkas y matsiguengas, sumando más de 20 mil personas. Varias de estas se encuentran en una situación de aislamiento voluntario.
Tener la condición de zona protegida permite custodiar la integridad de las cuencas de los ríos Ene, Tambo y Urubamba, y del agua que se genera en estas para el consumo humano.
Asimismo, se conserva la cobertura vegetal, evitándose así deslizamientos de laderas que podrían perjudicar a la biodiversidad allí existente.
(FIN) FGM/MAO
JRA
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Publicado: 14/1/2025