Pretendía ser un tributo a Perú y a Mario Vargas LLosa, "don Mario", en vida, pero con el fallecimiento del premio nobel el pasado 13 de abril, 'A cuerpo de Virrey', el libro escrito por el periodista español Joaquín Santaella - "una crónica de viaje al modo clásico" - se ha convertido en un homenaje póstumo.
La esencia del libro, el cuarto del autor, se resume en su subtítulo: 'Un cronista español en Perú a la sombra del nobel', de quien Santaella subraya, una y otra vez, en una entrevista con EFE, que era "un gran conversador, amenísimo, con una ironía muy sutil y muy elegante en sus expresiones", en definitiva "era una delicia la charla con él".
La oportunidad de conocer, conversar y viajar con Vargas LLosa le llegó al periodista en un viaje al país andino hace 15 años para presentar uno de sus libros, animado por unos amigos que formaban parte del círculo íntimo del escritor.
Cuando lo vio por primera vez, recuerda Santaella (Madrid, 1955), en un hotel del sur, acababa de recibir el Nobel y llegaba agotado de Estocolmo, de las celebraciones del premio, pero desde ese momento sintió el "privilegio" de conocerle y más tarde de viajar, conversar y compartir con él.
Un homenaje a Perú
El libro, subraya su autor, es por encima de todo, un homenaje a Perú, país que había visitado en varias ocasiones en los años 80 cuando ejercía de corresponsal de la Agencia EFE en Brasil.
Empezando por el título, 'A cuerpo de virrey', con el que Santaella hace referencia a la "tradición de agasajo" al español que llega a Lima, capital del más importante virreinato de cuantos tuvo el Imperio español.
"(Perú) es un país que me fascina, empezando por lo lingüístico, de entrada esa es una de las delicias mayores. También hablando de Mario Vargas Llosa, que si es una delicia leerle es insuperable oírle", explica.
Porque en el escritor peruano se "juntaban muchas cosas, para empezar una compostura personal envidiable, una elegancia en las formas, una cultura impresionante y una dicción que ya el peruano de la calle habla, que es una preciosidad, una especie de román paladino anclado en la Edad Media o en el Siglo de Oro".
Eso, "en boca de un señor tan culto y de esas características (...) era una delicia oírle, era un enriquecimiento constante", añade el periodista que tuvo muy claro que todo eso había que contarlo en un libro.
Todas esas charlas se dieron compartiendo viajes a Lima, Arequipa (ciudad natal del nobel), en fincas de amigos, en playas del sur o en Cuzco, si duda el lugar que más impactó a Santaella y donde Vargas Llosa era agasajado a cada paso por la gente que quería fotografiarse con él o simplemente estar a su lado: "era como juntarse a un icono".
"Lo que Cuzco es como ciudad, la exaltación, la acumulación de tanta cultura, así es don Mario como persona", ejemplifica Santaella, que además recuerda que ambos (Cuzco y el escritor peruano) tienen el reconocimiento de patrimonio cultural.
Un príncipe persa con acento peruano
'A cuerpo de Virrey' (Ed. El Viso), que se presenta este miércoles en la Casa de América de Madrid, recoge también uno de los momentos que más impactó a su autor, la oportunidad de ver a Vargas Llosa como actor en una obra adaptada por él mismo, 'Las mil y una noches', donde el nobel interpretaba al príncipe Shariar.
"Su principal vocación desde niño era la interpretación", explica Santaella, quien conversó con él de su pasión por el teatro o por los toros, entre otros asuntos, en una entrevista para la desaparecida revista Época.

Pero no hablaron de política, "no, ese tema no lo tocamos", aunque es sabido que se definía como un "liberal agnóstico" y que incursionó en ese mundo cuando se presentó a las elecciones a la presidencia de Perú en 1990, que ganó el también fallecido Alberto Fujimori.
"Era muy respetuoso, comedido, pero con una ironía finísima que a veces dejaba escapar", concluye Santaella.
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(FIN) EFE/RES
Publicado: 28/5/2025