Los equipos de rescate intentaban este sábado recuperar los cadáveres sepultados bajo los escombros en el norte de Pakistán, donde lluvias monzónicas inusualmente intensas dejaron 344 muertos en apenas 48 horas.
En los últimos dos días, las tormentas más mortíferas de esta temporada golpearon distintos distritos de la provincia montañosa de Khyber-Pakhtunkhwa, fronteriza con Afganistán. Allí se concentraron 307 fallecimientos, la mitad de las muertes registradas en el actual periodo de monzones, según la autoridad local de gestión de desastres.
La mayoría de las víctimas fueron arrastradas por crecidas repentinas, murieron en derrumbes de viviendas, electrocutadas o alcanzadas por rayos.
Rescate a contrarreloj
Más de 2.000 rescatistas fueron desplegados en la región. “Las fuertes lluvias, los deslizamientos de tierra y las carreteras bloqueadas dificultan el acceso de las ambulancias y los equipos de rescate deben desplazarse a pie”, explicó a AFP Bilal Ahmed Faizi, portavoz de los servicios de emergencia provinciales.
El vocero señaló que los socorristas intentan evacuar a los sobrevivientes, pero que muchos se resisten a partir “porque perdieron seres queridos, aún prisioneros bajo los escombros”.
“Pareciera que toda la montaña se derrumbó, la región está cubierta de lodo y enormes rocas”, relató Muhamad Jan, habitante del distrito de Buner, donde se reportaron 91 decesos.
“Los residentes recuperan cuerpos y organizan rezos funerarios, pero no sabemos todavía quién está muerto o vivo”, agregó Saifulá Jan, maestro de 32 años.
La autoridad provincial declaró “zonas siniestradas” a varios distritos, mientras brigadas de rescate intentan llegar a aldeas situadas en terrenos de difícil acceso.
Balance nacional y tragedia regional
Además de Khyber-Pakhtunkhwa, otras nueve personas murieron en la zona de Cachemira pakistaní. En la parte administrada por India, al menos 60 personas fallecieron en un pueblo del Himalaya y otras 80 permanecen desaparecidas.
En la región turística de Gilgit-Baltistán, en el extremo norte del país, cinco personas perdieron la vida. El área, muy visitada en verano por alpinistas de todo el mundo, es actualmente desaconsejada por las autoridades.
El viernes, un helicóptero de rescate se estrelló, provocando cinco muertes adicionales.
En total, desde el inicio de la temporada de monzones a finales de junio, se registran 657 fallecidos —incluido un centenar de niños— y 888 heridos, de acuerdo con las autoridades nacionales.
Syed Muhamad Tayab Shah, funcionario de la autoridad de gestión de catástrofes, señaló que “más de la mitad de las víctimas murieron por la mala calidad de las estructuras”.
Lluvias sin precedentes y cambio climático
El departamento meteorológico emitió una nueva alerta por precipitaciones intensas en el noroeste del país durante las próximas horas e instó a la población a tomar “medidas de precaución”.
En julio, la provincia de Punyab —donde habita casi la mitad de la población pakistaní— registró lluvias un 73 % superiores a las del año anterior.
Pakistán, quinto país más poblado del mundo, es considerado uno de los más vulnerables a los efectos del cambio climático. Sus 255 millones de habitantes han sufrido en los últimos años inundaciones masivas y mortíferas, explosiones de lagos glaciares y sequías inéditas, fenómenos que, según los científicos, se multiplicarán bajo el impacto del calentamiento global.