Los humedales tropicales al ser alterados por drenaje o cambios en el nivel freático emiten cantidades considerables de óxido nitroso (N₂O), un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento global hasta 300 veces mayor que el dióxido de carbono (CO₂), según un reciente estudio científico internacional.
El estudio registra datos con sensores instalados en torres de monitoreo y cámaras estáticas ubicadas en turberas de Sudamérica, África y el sudeste asiático.
En la Amazonía peruana, específicamente en el departamento de Loreto, los datos se obtuvieron de una turbera de aguajal cerca de Iquitos; la infraestructura ha permitido registrar el intercambio de gases entre el suelo, la vegetación y la atmósfera. Esta zona, operada por el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, se encuentra en los bosques inundables de Quistococha.
Los resultados muestran que la alteración de las turberas, ya sea mediante drenaje o cambios en el nivel freático, aumenta no solo las emisiones de CO2, sino también las emisiones de N2O.
A diferencia del metano, cuyas emisiones disminuyen en suelos secos, las emisiones de N2O aumentan en niveles intermedios de humedad, cuando se inicia la descomposición de materia orgánica rica en nitrógeno.
El estudio demuestra que las turberas en estado degradado contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Por ello, es crucial conservar estos humedales en su estado natural y asegurar su humedad permanente. De esta forma, se pueden reducir las emisiones y mantener su vital capacidad para funcionar como sumideros de carbono.
Puede revisar el estudio completo
aquí.