Napoli confirmó este sábado su capacidad de sufrimiento y efectividad al vencer al Génova por 1-2 en el Luigi Ferraris. Un triunfo trabajado que permite al equipo de Antonio Conte dormir como líder de la Serie A, al menos hasta que el Atalanta dispute su encuentro el lunes.
El choque dejó dos caras bien diferenciadas del Napoli. Una primera mitad de gran calidad y dominio, y una segunda donde la resistencia y la solidez mental marcaron la diferencia ante el embate de un Génova combativo y empujado por su afición.
Primera mitad: contundencia y dominio
El Napoli salió decidido a marcar territorio. La presión alta y el control del balón les permitieron asfixiar al Génova desde el arranque. El primer aviso llegó temprano, cuando Romelu Lukaku estrelló un disparo en el larguero que hizo temblar el estadio. Poco después, los visitantes capitalizaron su superioridad.
En el minuto 15, una jugada colectiva terminó con un centro medido al área que André-Frank Zambo Anguissa transformó en gol con un potente cabezazo. Ocho minutos más tarde, Amir Rrahmani amplió la ventaja con otro testarazo tras un córner bien ejecutado. El 0-2 parecía un golpe definitivo, y el Napoli incluso celebró un tercer tanto de Scott McTominay, anulado por fuera de juego en la jugada previa.
La reacción del Génova
El descanso trajo una revolución en el Génova, liderada por Patrick Vieira desde el banquillo. El equipo local salió con una actitud completamente distinta, y en el minuto 51, Andrea Pinamonti recortó distancias con un disparo cruzado impecable desde el costado izquierdo del área. El gol no solo encendió a los jugadores, sino también a la grada, que se convirtió en un factor clave para los últimos 40 minutos del partido.
La reacción del Génova puso en aprietos al Napoli, que perdió el control del balón y se vio obligado a replegarse. Las incorporaciones de Khvicha Kvaratskhelia, Giovanni Simeone y Leonardo Spinazzola no lograron calmar la tormenta. El Génova, con Mario Balotelli liderando el ataque, apostó por el juego directo con centros constantes al área.
Fue entonces cuando emergió Alex Meret, el guardameta del Napoli. Con varias paradas de gran mérito, incluidas dos en los minutos finales, sostuvo el resultado y frustró los intentos del Génova de igualar el marcador.
Tres puntos y liderazgo provisional
El Napoli se llevó los tres puntos con una mezcla de calidad en la primera mitad y resiliencia en la segunda. Antonio Conte volvió a demostrar su capacidad para gestionar partidos difíciles, especialmente en un entorno hostil como el Luigi Ferraris.
Con esta victoria, el Napoli suma 12 triunfos en la temporada y se coloca en lo más alto de la Serie A. Si el Atalanta no consigue ganar su partido el lunes, el equipo partenopeo conservará el liderato y reforzará sus credenciales como contendiente al título.
Por su parte, el Génova, aunque mostró carácter y lucha, sigue sin encontrar la regularidad necesaria para salir de la zona baja de la tabla.