A primeras horas de este lunes 14 de julio, la ciudad de Tumbes fue sorprendida por una garúa fría que afectó a muchos habitantes que se dirigían a sus labores y estudios. Eran las 07:00 horas cuando una ligera llovizna, acompañada de temperaturas más bajas de lo habitual, empezó a caer, generando asombro entre los ciudadanos.
La
temperatura en ese momento alcanzó los 20.6°C, un valor que, aunque no extremo, sí fue notable en una zona conocida por su clima cálido y el llamado “eterno verano”.
La garúa, que duró aproximadamente una hora, no fue una lluvia convencional, sino que, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), se trató de una garúa fría, producto de la condensación del agua debido a la baja temperatura y los vientos fríos que ingresaron en la zona.

Este fenómeno sorprendió especialmente a quienes no llevaban paraguas, ya que en Tumbes no es común experimentar precipitaciones en estas condiciones.
Los efectos más visibles se sintieron en los pacientes que acudían a los hospitales por citas o análisis de laboratorio, quienes tuvieron que afrontar el clima frío sin protección adecuada. Pasadas las 08:00 horas, el cielo permanecía nublado, pero para las 10:00 horas ya se observaba un cielo despejado y la normalización del clima.
De acuerdo con expertos, entre los meses de abril a septiembre es habitual que la temperatura en Tumbes baje ligeramente, generando lloviznas ligeras similares a las del fenómeno conocido como friaje, que también puede ser causado por la masa de aire frío que ingresa desde la selva y afecta a la región.
Por prevención, las autoridades educativas han recomendado a las instituciones públicas y privadas que los estudiantes lleven buzos y ropa adecuada para afrontar estos cambios de temperatura, que aunque breves, pueden afectar a la población, especialmente a los más vulnerables.
Este evento nos recuerda la importancia de estar preparados ante las variaciones climáticas, incluso en zonas donde el clima suele ser cálido y estable.