Consejos prácticos para proteger tus finanzas en tiempos de crisis global

Una forma práctica de hacerlo es aplicar la conocida regla del 50/30/20.

El ahorro en tiempos de incertidumbre cobra relevancia para una buena salud financiera personal. ANDINA/Difusión

El ahorro en tiempos de incertidumbre cobra relevancia para una buena salud financiera personal. ANDINA/Difusión

03:00 | Lima, jun. 25.

En estos momentos, el mundo enfrenta nuevamente tensiones bélicas en el Medio Oriente, una región estratégica que representa cerca del 20 % del suministro global de petróleo.

Aunque parezca lejano, un conflicto prolongado o una interrupción en las rutas de suministro podrían generar una escalada de precios que afecte a países importadores como el Perú.

No se trata de un impacto inmediato, sino de un riesgo latente que ya hemos vivido antes, y cuya repetición no puede sorprendernos desprevenidos, según indicó Christian Privat, socio de Antut Advisors.

Explicó que siempre hemos escuchado que el efectivo es el rey de las finanzas personales. Esta frase cobra especial sentido cuando el contexto global se torna incierto y volátil. La disciplina para administrar nuestros ingresos se convierte en una herramienta de resiliencia y no solo en una buena práctica financiera.

“El caso peruano es especialmente sensible frente a este tipo de situaciones. Como país importador neto de combustibles, cualquier alteración prolongada en el precio internacional del crudo puede generar presiones inflacionarias y alterar el comportamiento del consumidor”, djo.

“Más allá de cuándo suceda, la historia reciente nos ha enseñado que estos escenarios son posibles y que debemos prepararnos con anticipación. No podemos controlar el precio del petróleo, pero sí podemos controlar cómo usamos nuestro dinero y qué tan ordenadas están nuestras finanzas personales para resistir una nueva ola de incertidumbre” agregó.

Resaltó que una forma práctica de hacerlo es aplicar la conocida regla del 50/30/20.

Esta fórmula propone distribuir nuestros ingresos mensuales de la siguiente manera: 50?% para gastos esenciales (alquiler, alimentos, servicios), 30?% para gastos personales o estilo de vida, y 20?% para ahorro e inversión. 

En escenarios de riesgo externo, este 20?% cobra una importancia crítica. 

No solo se trata de ahorrar por ahorrar, sino de asignar ese dinero a instrumentos que se alineen con nuestro perfil de riesgo y nos ayuden a preservar valor. 

Algunas opciones recomendadas incluyen depósitos a plazo, fondos conservadores o diversificación parcial en dólares, especialmente si se anticipa un efecto cambiario por presiones inflacionarias externas.

“Al mismo tiempo, es recomendable revisar con atención el 30?% destinado a consumo personal. Muchas veces este porcentaje se dirige a una zona de confort basada en hábitos, marcas o decisiones emocionales”, explicó. 

“En contextos de incertidumbre, es más útil migrar hacia una zona de no confort, en donde se prioriza la calidad real y el valor funcional, por encima del marketing o el estatus. Comprar mejor no siempre es comprar más caro, sino hacerlo con criterio y planificación” dijo.

En resumen, mencionó que la historia financiera nos enseña que las crisis no siempre avisan, pero sí se repiten. Y cuando lo hacen, quienes están mejor preparados son los que menos sufren sus consecuencias. 

La estabilidad global no depende de nosotros, pero nuestra estabilidad financiera sí. Hoy, más que nunca, es momento de fortalecer nuestros hábitos, revisar nuestras prioridades y construir una economía personal que no tiemble ante el ruido del mundo.

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(FIN) NDP / MDV 


Publicado: 25/6/2025