“Soy resultado de la educación y por eso estoy convencida de que la educación puede cambiar la vida de las personas”, afirma Margareth Velazco, de 24 años, natural de Yunguyo, Puno, para quien terminar la secundaria con el apoyo de sus padres y profesores fue fundamental para lograr un despegue en su vida.
Junto a ella, Júnior Béjar, ayacuchano, actor, embajador del Unicef y estudiante de Psicología, relata: “Salir de mi pueblo para irme a la capital me costó bastante; pero creo que salir de tu zona de confort te hace crecer personalmente, te obliga a tomar decisiones que luego te ayudarán en la vida”.
Son los testimonios de dos jóvenes que debieron vencer a la adversidad para lograr sus metas y que hoy forman parte de la campaña "La educación no para", promovida por el Ministerio de Educación (Minedu) con apoyo del Unicef.
Cifras de deserción
Esta cruzada busca hacerle frente al aumento de la deserción escolar producto de la emergencia sanitaria por covid-19.
El 2018 y 2019, la deserción para el nivel primario llegaba a 1.5 % y 1.3 %, respectivamente. En este 2020, sin embargo, solo hasta julio ya se registraba un 3.5 % de deserción.
Para la secundaria, en el 2018 se tuvo un 4.1 % de alumnos que abandonaron los estudios. En el 2019, la cifra se redujo a 3.5 %, pero a julio de este año, de acuerdo con reportes del Minedu, el porcentaje de deserción ya estaba en 4 %.
Permanecer en la escuela
En estas historias de vida, “Unicef busca destacar la importancia de permanecer en la escuela”, señala la institución, en una nota de prensa.
Margareth detalla su experiencia: “No fue fácil, pero creo que en este proceso es muy importante que los padres crean en sus hijos para que ellos crean en sí mismos. En mi caso, también tuve a mi profesora de primaria; ella fue quien fortaleció mis habilidades y me empujó a salir adelante, más allá de la escuela”.
El esfuerzo de Margareth por continuar con su educación le mereció culminar la secundaria con honores y conseguir una beca integral para estudiar la carrera de Administración. Su pasión por recibir conocimientos la hizo merecedora de becas educativas en Brasil, Colombia y España.
“Entiendo a esas niñas y niños que ahora quisieran dejarlo todo (por causa de la pandemia). Yo les diría que no lo hagan, que no se dejen vencer, que las cosas no pasan por sí solas, uno mismo tiene que hacer que las cosas pasen”, opina.
Familia: mi gran soporte
Por su parte, Júnior sostiene: “Siempre quise hacer algo importante, algo en lo que pudiera sobresalir; pero en todo este camino mi familia ha sido mi gran soporte, los que me animaban a seguir estudiando”.
“Chicos y chicas que están en sus casas, estudiando, sé que esta situación es difícil, pero hay que hacerle frente de alguna u otra manera y no podemos quedarnos de brazos cruzados. Ustedes son fuerza, motivación y oportunidad; no hay que retroceder, no tiren la toalla”, enfatiza el joven actor.
Ni Margareth ni Júnior la tuvieron fácil, pero su trayecto de vida demuestra que, sin duda alguna, la educación no para.
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(FIN) NDP/CCH
GRM
Publicado: 13/10/2020