22:00 | Ginebra, oct. 12.
Cerca de 2 millones de bebés nacen muertos cada año, según estimaciones conjuntas de mortalidad fetal publicadas por Unicef, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Grupo Banco Mundial y la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
En 2019, tres de cada cuatro muertes fetales se registraron en África Subsahariana o Asia Meridional. En el informe se describe a un nacido muerto como un bebé que nace sin presentar síntomas de vida a las 28 semanas o más de gestación.
Tragedia en silencio
“Perder a un hijo durante el embarazo o el parto es una tragedia devastadora para cualquier familia del mundo y, con demasiada frecuencia, suele sufrirse en silencio”, aseguró la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore
“Cada 16 segundos, en alguna parte del mundo una madre sufre la indescriptible tragedia de traer al mundo un bebé que ha nacido muerto. Además de la pérdida de esa vida, las consecuencias psicológicas y financieras para las mujeres, las familias y las sociedades son graves y duraderas”, añadió.
“Para muchas de esas madres, esto no debería ocurrir. La mayoría de las muertes fetales podrían evitarse con un seguimiento de calidad, una atención prenatal adecuada y la asistencia de una partera cualificada”, observó Fore.
El impacto del covid-19
El informe advierte de que la pandemia de covid-19 podría empeorar la tasa mundial de mortalidad fetal. La reducción del 50 % de los servicios de salud causada por la pandemia podría provocar cerca de 200 mil nuevas muertes fetales en un periodo de 12 meses en 117 países de ingresos bajos y medios.
La mayoría de las muertes fetales se debe a la precaria calidad de la atención durante el embarazo y el parto. Según el informe, el principal obstáculo es la falta de inversiones en servicios de atención prenatal y durante el parto, así como en el refuerzo del personal de enfermería y obstetricia.
"Más del 40 % de las muertes fetales se producen durante el parto, una pérdida que podría evitarse con la asistencia de un profesional de la salud cualificado durante el parto y una atención obstétrica oportuna en casos de emergencia", detalló Unicef, mediante una nota de prensa.
Antes de que la pandemia ocasionara graves alteraciones en los servicios de salud, pocas mujeres de los países de ingresos bajos y medios recibían una atención oportuna y de calidad para prevenir las muertes fetales.
Intervenciones clave
En la mitad de los 117 países analizados en el informe, la cobertura de ocho intervenciones clave en materia de salud materna (como la cesárea, la prevención del paludismo, la gestión de la hipertensión durante el embarazo y la detección y el tratamiento de la sífilis) oscila entre un porcentaje mínimo inferior al 2% hasta un máximo de tan solo el 50%.
Asimismo, se calcula que la cobertura del parto vaginal asistido, una intervención fundamental para prevenir las muertes fetales en el parto, llega a menos de la mitad de las mujeres embarazadas que la necesitan.
“Dar la bienvenida al mundo a un bebé debería ser un momento de gran alegría, pero a diario, en lugar de alegría, miles de madres y padres sufren una tristeza insoportable cuando sus hijos nacen muertos”, afirmó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“La tragedia de la mortalidad fetal demuestra la importancia de reforzar y mantener los servicios esenciales de la salud, así como de aumentar las inversiones en personal de enfermería y obstetricia”, enfatizó.
Más en Andina:
(FIN) NDP/CCH
Publicado: 12/10/2020