Habían pasado ya cuatro días y nadie sabía de su paradero. Corría el año de 1995 y en el lado oriental de la cordillera del Cóndor, sobre la cuenca del río Cenepa, valerosos soldados peruanos se enfrentaban a un Ecuador dispuesto a todo para cambiar el mapa de su país. Allí, en medio de balas, minas antipersonales y mosquitos chupasangre, un reportero gráfico estaba perdido y la pregunta en Lima era la misma: ¿Dónde está Jhony?
El gran Jhony Laurente, fotógrafo de aquella escuela inmortal de reporteros gráficos cuya labor ha quedado perennizada en miles de páginas de los diferentes diarios del país y del extranjero, era de esos periodistas que pensaban que la noticia no llegaba por Google, “a la noticia hay que buscarla”. Posdata: Jhony fue hallado cinco días después, por otro grupo de periodistas, en medio de un centenar de soldados peruanos, con una pañoleta roja en la frente, trabajando por el Perú como un soldado más.
Las investigaciones de la matanza de La Cantuta, la toma de la residencia del embajador de Japón, partidos por las eliminatorias mundialistas, Copas América, tomas de mando, actividades oficiales, decenas de clásicos, copas Libertadores, viajes internacionales, conflictos armados, visitas oficiales, la pandemia del covid-19… la lista de eventos noticiosos que llenaban de información a los medios de prensa es amplia y Jhony siempre estuvo en primera línea. Su experiencia fue tanta que llegó a ser fotógrafo oficial de Palacio de Gobierno.
El periodismo de antaño
Mario Vargas Llosa escribía sobre la prensa: "Ahora las redacciones se parecen más a una farmacia de Suecia que a una redacción de periodistas como yo las conocí, llenas de humo y de bohemia".
Antes, los fotógrafos debatían sobre colores, sensibilidad Iso y lentes en torno a una botellita con “agua de cebada”. Ahora, la impersonalidad de las redes sociales es tanta que toda aquella socialización sobre una imagen se ve radicalmente disminuida a un 'like'. “Distinto tiempo, un lugar nuevo, pero en la misma situación”, dice la canción.
Jhony Laurente vivió la transición digital con el estoicismo propio del profesional que asume el cambio como un reto. Y aunque trabajó en “la vida moderna”, dejaba en claro que el Facebook no era lo suyo. Que la rapidez del envío de fotos era cómoda, pero que los rollos de película y el olor de los químicos en un cuarto oscuro hacían que cada fotografía contara. Se adaptó tan bien a las exigencias de las modernas coberturas que era uno de los pocos fotógrafos acreditados para ser piloto de drone.
El adiós de un héroe
Jhony Laurente se fue por un infarto, el viernes 20 de agosto, ante la sorpresa de todos los que lo conocimos. Muy joven para irse, aunque nunca se es tan viejo para morir. Colegas y diferentes medios comunicación lamentaron su temprana partida y este es el homenaje que la Agencia de Noticias Andina y el Diario Oficial El Peruano le hacen a uno de sus últimos héroes de prensa.
Tantas cosas por decir y que no se dijeron, aunque nunca es tarde: “Todos aquí te queremos y ya te extrañamos. La forma como trabajabas y el amor que le dedicabas a cada comisión es el motivo original por el que muchos decidimos estudiar periodismo. Vuela alto, gran amigo y maestro. Coge tu cámara y grafica la vida al lado de Dios, mientras nosotros recogemos la tristeza de no tenerte y tratamos de seguir adelante”.