El Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan) señaló hoy que un reciente estudio revela preocupantes niveles de vulnerabilidad educativa en el Perú.
Refirió que según el documento: "Vulnerabilidad de las personas en el territorio 2013-2023", regiones como Loreto, Ucayali, Pasco, San Martín y Huánuco presentaron los mayores índices de vulnerabilidad en el sector educativo durante el año 2023.
El documento destaca una marcada desigualdad entre las regiones, evidenciando diferencias estructurales en el acceso a servicios básicos, la calidad educativa y la nutrición infantil. Estas disparidades impactan negativamente en la competitividad de las regiones más vulnerables, limitando su desarrollo económico y social.
Asimismo, la desigualdad en los índices de vulnerabilidad educativa respondería a la falta de infraestructura escolar adecuada con acceso a servicios básicos, las deficiencias en la cobertura y calidad de la enseñanza, y las dificultades para acceder a servicios de salud esenciales.
Principales indicadores
Entre los principales indicadores de esta problemática en 2023, se estima que a nivel nacional el 4.8 % de la población mayor de 15 años es analfabeta.
Además, el porcentaje de alumnos con atraso escolar alcanza el 1.6 % en primaria y el 5.1 % en secundaria. Factores como la deserción escolar, la pobreza, el trabajo infantil y los embarazos adolescentes inciden directamente en estas cifras.
Uno de los aspectos más alarmantes es el alto porcentaje de alumnos de segundo grado de primaria que no alcanzan los aprendizajes esperados en comprensión lectora (63.4 %) y razonamiento matemático (88.8 %).
Esto evidenciaría deficiencias en la formación básica y puede afectar su rendimiento futuro. Además, se estima que cerca del 70 % de los locales escolares públicos no cuentan con los tres servicios básicos, es decir, no están conectados a la red pública de agua potable, desagüe y electricidad.
La situación educativa se agravó considerablemente durante la pandemia de COVID-19, revirtiendo los avances previos en la reducción de la vulnerabilidad y aumentando las desigualdades.
De acuerdo con el informe del Ceplan, la vulnerabilidad educativa había mostrado una clara tendencia descendente entre 2013 y 2016, disminuyendo de 36.4 a 28 puntos; sin embargo, esta mejora se vio interrumpida por la crisis sanitaria, cuando el índice volvió a aumentar hasta alcanzar un promedio de 35.7 puntos durante 2020.
Para 2023, se observó una recuperación parcial, con un descenso del índice a 30.9 puntos, cifra que, aunque representa una mejoría respecto al periodo de pandemia, todavía evidencia las dificultades que se presentan en el sector educativo y que demanda atención prioritaria.
Esta situación es especialmente crítica en regiones como Loreto (44.2 puntos), Ucayali (40.7 puntos), Pasco (37.3 puntos), San Martín (35.3 puntos), Huánuco (33.9 puntos), Cajamarca (33.4 puntos), Piura (32.4 puntos) y La Libertad (32 puntos), donde los valores del índice de vulnerabilidad educativa superan el promedio nacional lo que subraya la necesidad de implementar políticas públicas que garanticen un acceso equitativo a recursos educativos y mejoren las condiciones de infraestructura escolar en estas zonas más afectadas.
Estando cerca del inicio de clases en la mayoría de colegios del país, es importante tomar en cuenta las recomendaciones del informe que, entre otras cosas, señala la necesidad de implementar programas educativos centrados en mejorar la comprensión lectora y las habilidades matemáticas desde los primeros grados, con especial atención en las zonas más vulnerables.
Asimismo, enfatiza la necesidad de mejorar la infraestructura educativa para garantizar un entorno de aprendizaje adecuado.
Cabe destacar que la educación es un pilar fundamental para el desarrollo económico y social del Perú. Reducir la vulnerabilidad educativa es clave para mejorar la competitividad del país y ofrecer mejores oportunidades a las futuras generaciones.
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Publicado: 10/3/2025