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El testimonio de Emely Mendoza: "Me dijeron que era demasiado joven para morir”

De su donante de corazón solo sabe que fue un señor de 38 años de Arequipa que tenía 3 hijos

ANDINA/Daniel Bracamonte

ANDINA/Daniel Bracamonte

06:59 | Lima, may. 25.

Por José Vadillo

Personas beneficiadas por la donación de órganos dan su testimonio, como parte de la campaña “Yo dono vida”. Desde el 2010, cada 23 de mayo se conmemora el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos. Lee estos relatos de esperanza.

Emely Mendoza


“Eres demasiado joven para morir”, le dijo su médico a Emely Mendoza Pacheco. A los 13 años se enteró de que había nacido con una cardiopatía congénita. Por entonces, tenía mucho cansancio. “No podía ni ir al baño de mi casa, a dos habitaciones de mi cuarto”. 

Su corazón no bombeaba los 70 latidos por minuto, solo 30. Gracias a un marcapaso pudo terminar el colegio, estudiar Gestión Empresarial.

Pero cuando tenía 24, su único hermano, Antonio, falleció, también de cardiopatía congénita. Él, con solo 15 años, ya estaba en lista de espera, pero el trasplante del corazón nunca llegó. Con la noticia, la joven decayó y su enfermedad se agravó. Pasó a una insuficiencia cardíaca.

A los 26, Emely entró en lista de espera, después de haber probado todos los tratamientos posibles. El trasplante del corazón era la única solución. A mediados del 2019, pese a los cuidados, su corazón se descompensó. Se tuvo que internar en el Incor de EsSalud. Le pusieron un balón intraaórtico, que es una asistencia para el corazón.

Finalmente, el 6 de enero del 2020, día de Bajada de Reyes, sus peticiones se hicieron realidad y su segundo corazón vino desde Arequipa. Emely entró a sala de operaciones a la medianoche y salió del quirófano a las 8:00 a. m.

Tuvo una recuperación muy rápida. Su cuerpo se ha adaptado muy bien al nuevo músculo. De su donante sabe solo que fue un señor de 38 años de Arequipa que tenía 3 hijos y que por una caída tuvo una muerte cerebral. Su mamá y su esposa decidieron donar sus órganos.

Emely tiene activas sus redes sociales. Le gusta ejercitarse y ya se reintegró a su trabajo, en la Asociación de Egresados de la PUCP. Hace una vida “bastante normal”. Solo debe de tener un reloj que controle su pulso cardíaco porque el corazón de los trasplantados es enervado; es decir, carece de ramificaciones y no pueden sentir una taquicardia o un paro. Es la única desventaja.

A sus 32 años, Emely tiene un sueño: quiere ser mamá. Su doctora le ha dado esperanzas; en el ámbito el internacional hay casos de trasplantadas que han sido mamás. Su deseo deberá ser supervisado por el ginecólogo y el cardiólogo.


Nahin Aznarán 


Nahin Aznarán Soto es médico cirujano. Tiene 30 años y está retomando su trabajo, como residente en el hospital capitalino, “gracias a mi ángel donante”.

Hace un año y 9 meses, fue trasplantado de páncreas y riñón. Él también nació con una patología: la diabetes mellitus tipo 1 o diabetes juvenil, que deteriora los pequeños vasos del cuerpo.

Para sobrevivir, a los 8 años empezó a aplicarse inyecciones de insulina. A los 24, cuando ya estudiaba Medicina, se presentó la falla renal y tuvo que iniciar las hemodiálisis, tres veces por semana, tres horas diarias. A pesar de los dolores, los mareos y calambres, continuó: hizo su Serums. Quiso hacer la especialidad en Cirugía Plástica, pero tuvo que dejarla por la pandemia y su enfermedad: su cuerpo lo traicionaba.

Ingresó a lista de espera en el Hospital Almenara. Tuvo dos alertas previas al trasplante: cuando llegó a sala le dijeron que el órgano no era muy viable para él. Para la tercera llamada, Nahin ya integraba el club de los escépticos. Pero la “llamada ganadora” llegó el 13 de septiembre del 2021. Algo que recuerda fue que todos –técnicas, enfermeras y médicos– oraron antes de iniciar esa intervención de 12 horas.

El doctor Aznarán ha dejado de estar atado a una máquina. Su vida viró 180 grados, gracias a ese donante cusqueño, de quien solo sabe que tenía 26 años. Puede comer los dulces que le prohibieron de niño; ya hace ejercicios, pues su nuevo riñón elimina las toxinas. Y se prepara para participar en un triatlón este año.

Va a especializarse en Endocrinología. Quiere estar al lado de los pacientes diabéticos tipo 1 y continuar promocionando el trasplante de órganos. Es su compromiso.

 Jorge de la Cruz


 A Jorge de la Cruz Baltazar, su donante le regaló dos pulmones. No sabe casi nada del hombre que le dio este segundo chance. Solo que era de provincias y tuvo un accidente pintando. Y como en su DNI decía donante de órganos, sus familiares cumplieron su deseo.

Jorge tenía 24 años cuando, por las excesivas fatigas y toses le detectaron la enfermedad de la fibrosis pulmonar. Por entonces, trabajaba en una vidriería. Un médico le dio solo 5 años de vida porque la fibrosis es incurable. Otros médicos le dijeron que podía llegar a anciano, pero cuidándose: nada de deporte, de bebidas heladas, de ir a lugares de altura.

Cinco años después, volvió a decaer con una tos muy fuerte y fue cuando el doctor Octavio Cubas, del Almenara, le comentó que existía el programa de trasplante de pulmón en EsSalud y que ya 6 personas habían sido trasplantadas.

“Eso me devolvió la sonrisa: había la posibilidad de hacerme un trasplante y continuar con mi vida normal”. En diciembre del 2018 ingresó a lista de espera, se hizo todos los exámenes y solo le quedaba esperar. Para entonces, ya vivía conectado a diario al oxígeno. Como tenía un restaurante, solo iba por horas a ver cómo iba al negocio, tenía el apoyo de su madre y sus hermanos. Luego volvía a su dormitorio, a estar echado, a conectarse al equipo.

Hasta que a las 19:30 horas del 28 de abril del 2019 recibió la llamada. “Conseguimos el donante, vente lo más pronto”. “En ese momento estaba feliz y, a la vez, un poco con temor, porque sabía que esta operación era muy riesgosa. Me habían dicho en unas charlas que podían salir vivos o muertos”.

La operación en el hospital Almenara duró 12 horas. Luego estuvo 7 días en UCI y 15 días en recuperación. Al medio año, Jorge empezó a caminar, a rehacer sus actividades.

En el 2023, a sus 41 años, se casó (con Fiorella, su novia que lo acompañó en todo el proceso) y se convirtió en padre. Integra desde hace un año el colectivo de corredores Gratitud a Donantes. El domingo pasado corrió 10 kilómetros del Lima 42K. Su próxima meta es representar al Perú en maratones mundiales de trasplantados.


La donación es un acto generoso



“La donación es un acto generoso, voluntario y libre sobre el cual todos los peruanos debemos tomar conciencia y decidir. Y, lo más importante, comunicarlo a la familia, porque llegado el momento, si fallecemos en condición de muerte cerebral, quien toma la decisión de acceder o no a la donación de órganos será nuestra familia”, dice la doctora Mary Díaz Gálvez, gerenta de Procura y Trasplante de EsSalud.

Recomienda hablar sobre el tema en la familia, nuestro círculo social y laboral porque la cifra peruana es bajísima: de cada 10 entrevistas que Procura realiza a las familias para solicitarles acceder a la donación de los órganos de su ser querido, solo 3 donan..

“La gente desconfía porque hay mucha desinformación”, pero historias como las de Emely, Nahin y Jorge muestran los resultados: niños, jóvenes y adultos beneficiados con los trasplantes por donación de órganos. Con un simple “sí”.

Durante los primeros dos años de la pandemia (2020-2021), la donación de órganos a escala global cayó. Y el Perú no fue la excepción, pues las unidades de cuidados intensivos (UCI) y emergencias de los nosocomios fueron copados por pacientes del covid-19.

Díaz asegura que ya se retomaron, desde mediados del 2022, las cifras prepandémicas. “Quienes sufren accidentes y van a la emergencia de un hospital son atendidos. Lamentablemente, un porcentaje de ellos fallece de muerte cerebral. Se notifica a Procura, se acerca hacia la evaluación del caso y, de ser necesario, se aborda a la familia para la donación de órganos. Si es una familia informada, educada, sensibilizada en el tema de donación, no duda en donar, pero tenemos que trabajar en pro de una cultura de donación”.

Lamenta que los “mitos” subsisten, desde aquellos que desconfían de poner sí a la donación de órganos en su DNI porque creen que les robarán sus órganos. O que los mayores de 60 años no pueden donar, cuando todos podemos ser donantes. Incluso EsSalud ha tenido casos de donantes de 75 años. Y en Europa y Estados Unidos hay casos de donantes de hasta 90 años.

Recuerda que el sistema Procura, creado por EsSalud en el 2011, hoy cuenta con 11 unidades en igual número de ciudades importantes, lo cual facilita los procesos de donación. Ahora falta asegurar la oferta de donantes.


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(FIN) JVV/RES

Publicado: 25/5/2023