El 80 % de niñas, niños y adolescentes en el Perú ha sido pasible de castigos físicos y humillantes, siendo sus propios padres o madres los principales ejecutores de estos episodios de violencia.
Así lo revela el resultado de una encuesta efectuada por el colectivo Atrévete a Criar con Amor, para escuchar sus opiniones en relación al castigo físico y humillante, y que se enmarca dentro de las acciones por el 30 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño.
El estudio, que reúne sus voces en torno a esta problemática, dio como uno de sus resultados que “las personas más cercanas a ellos, es decir los principales responsables de su protección, son sus agresores más frecuentes”.
En el hogar este tipo de castigo es una realidad ejercida por la madre y el padre (47 %) y en diversos casos también es aplicada por algún otro familiar (24 %).
Las niñas, niños y adolescentes consultados refirieron que, si bien los golpes son en algunos casos una constante, el dolor que sienten al recibir maltrato verbal es muy fuerte porque suelen pensar en ello por mucho tiempo y eso les ocasiona tristeza, frustración y, en algunos casos, rebeldía.
Lourdes Febres, coordinadora general de Acción por los Niños, señaló que esta encuesta enfrenta a los peruanos a una realidad muy dura y es que el entorno protector de las
niñas, niños y adolescentes que debe ser su familia se ha convertido en el lugar donde encuentra mayor violencia.
“Pero también debemos rescatar que a través de este estudio ellos mismos abren una ventana de oportunidad y opinan acerca de cómo les gustaría ser corregidos sin llegar a golpes o humillaciones. Conocer de manera directa lo que piensan siempre será la mejor forma de trabajar una política articulada para frenar la violencia contra la niñez y adolescencia”, argumentó.
"Corrígeme con amor"
Las niñas, niños y adolescentes que participaron en la encuesta señalaron que las malas conductas deben ser corregidas, pero sin recurrir a la humillación o a la violencia.
El 50 % de ellos consideró que se debe aconsejar y usar el diálogo como método de corrección. Asimismo, el 64 % propone que la comunicación, el diálogo abierto, la reflexión y los consejos son medidas que aceptaría y que realmente le serviría para cambiar de actitud. Solo el 1 % opina que el castigo físico es una opción.
La ley de su lado
Los participantes de la encuesta conocen que existen leyes que sancionan cualquier tipo de violencia hacia ellos. El 64 % está al tanto de que hay una legislación que lo protege frente a situaciones de castigo físico y humillante que puede darse en el hogar, la escuela y la comunidad.
El 59 % sabe que este tipo de castigo se encuentra prohibido, pero aun así no deja de ser una constante en su vida.
Tengo una duda: ¿realmente las autoridades me protegen?
Si bien la balanza no está inclinada significativamente hacia un lado, el 58 % de los encuestados piensa que las autoridades no lo escucharán o tiene serias dudas sobre si su opinión para erradicar la violencia será atendida por ellas.
Sin embargo, existe un importante 42 % que está seguro de que las autoridades sí escucharán sus propuestas.
Una de las opiniones más frecuentes es la que pide el trabajo permanente con madres y padres de familia para orientarlos acerca de cómo tratar a sus hijos, encaminarlos frente a un problema y acompañarlos si necesitan ayuda.
Es así que siete de cada diez entrevistados proponen la creación de un programa de crianza para padres y madres como solución al uso del castigo físico y humillante. Mientras que cinco de cada diez plantean campañas a través de medios de comunicación o redes sociales.
Un factor a resaltar es que el 88 % de las niñas, niños y adolescentes consultados considera que el castigo hacia ellos es tan común y sucede en todos los ámbitos que debe ser reconocido como un problema de salud pública.
Datos de la encuesta
La encuesta fue llevada a cabo por el colectivo de organizaciones que impulsa la campaña Atrévete a Criar con Amor, conformada por Acción por los Niños, Iprodes, Paz y Esperanza, Ágape y Save the Children.
Fue aplicada por internet a 709 niñas, niños y adolescentes entre los 10 y 17 años. El 80 % de los entrevistados vive en la ciudad de Lima y el resto en otras regiones. La mayor concentración de edades se ubica entre los 10 y 15 años.
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