Por Martha Fernández SívoriConsiderada como una de las representantes latinas más importantes del mundo de bienes raíces en Estados Unidos, la peruana Paola Albán se ha posicionado también en el sector construcción y de multiservicios; en lo que se consideraba un mundo para hombres, pero que ella asegura ha sido la llave para alcanzar éxito, liderando hoy experiencias transformadoras para quienes deseen, asegura, generar riqueza en su vida.
Ella partió a los 17 años del Perú con la idea de vivir la experiencia universitaria en Estados Unidos; “era algo que soñaba desde niña, ya había ido a Estados Unidos y era un país al que le veía grandes posibilidades”. Y así partió con su madre y su hermano de apenas 12 años para lograr esa meta.
Al llegar a tierras americanas, Paola tuvo su primer choque cultural, ya que de la cálida Nueva Jersey sus padres decidieron afincarse en Carolina del Norte.
“Todos hablaban inglés, era tan diferente a lo que había vivido que hasta encontrarte con otro latino ahí era motivo de alegría”, recuerda Paola, fundadora y directora ejecutiva de Paola Albán Realtors, una de las firmas inmobiliarias más renombradas de North & South Carolina, así como cofundadora de Brick Multiservicios, una empresa que cataliza el crecimiento empresarial, y de la constructora Jema Builders.
Paola nos cuenta que de inmediato entendió que debía aprender el idioma, ya que era la llave para poder relacionarse adecuadamente, y así lo hizo. “Me inscribí en la escuela para reforzar el idioma y me gradué allí. Luego inicié mi vida universitaria y a la vez trabajaba medio tiempo: Mi empleador era mi sponsor para poder pagarlo; pues los costos eran muy elevados”, refiere.
Es allí cuando Paola se da cuenta de que si bien es cierto existía una calidad de vida, había mucho desconocimiento financiero, “vivir el día a día, sin casa propia. La falta de conocimiento que viven los latinos es impresionante. Y eso me quedó muy grabado”.
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Sin embargo, la vida le depararía en plenos estudios la maternidad que ella asumió junto a su pareja, luchando por salir adelante. Ambos abocados al trabajo debieron salir de Estados Unidos para regularizar un tema migratorio del padre de su primera hija y, lamentablemente, sin poder resolverlo, Paola debió volver a Carolina del Norte con su pequeña y comenzar de cero.
“Perdí todo, el auto, la casa, tenía deudas en las tarjetas… regresé en cero. Pero siempre he sido una persona persistente, intensa y no me importó hasta tener tres trabajos para volver a salir adelante. Recuerdo que lavaba ropa de madrugada y siempre con el deseo de volver a estudiar”, confiesa.
Fundadora de emporio
Y así consigue un empleo que sería el primer paso para fundar su emporio. “Me convertí en la mánager más joven de un gran complejo de departamentos. Recuerdo que estudié todo lo posible por ser la mejor y lo logré. La vida comenzó a cambiar y vuelvo a convertirme en madre, pero como el embarazo fue difícil, solo mi esposo trabajaba, y ahí comenzamos a tener problemas financieros. Lo peor que viví fue que nos clausuraran la casa donde vivíamos por falta de pago”.
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“Estudiaba de noche, en el suelo cargando a mi bebé, para dar el examen que me acredite como realtor. Son exámenes muy exigentes tomados por el Estado americano y no tenía un sueldo. Iba a la oficina a ver si había algún cliente que quisiera comprar una propiedad”, rememora. “Cada noche me decía a mí misma ‘no voy a ser parte de una estadística de latinos en pobreza. Tanto sacrifico y acabar como tantas mujeres que viven de la caridad’, dije; ‘eso no es para mí’”, nos confiesa.
“Así, sin tener ningún tipo de vergüenza, me aventuré a las ventas y logré en un primer año una ganancia líquida de 100,000 dólares por comisiones. Todo volvió a mejorar y comenzamos a viajar y a tener lujos… hasta que la vida me vuelve a dar una segunda lección y con la crisis del 2007 en los bienes raíces en Estados Unidos volví a perderlo todo.
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“No ahorre. Y pasé de vender cinco casas por mes a una casa al año. Me tuve que reinventar, tocar puertas. Como mi esposo sabía de construcción, comenzamos en ese rubro. Tocaba puertas de grandes compañías sin saber muy bien el rubro, pero a ganar contratos; hoy me sorprendo de esa tenacidad, pero en ese momento no había opción”.
“En la vida prefiero pedir perdón que pedir permiso. Recuerdo que me tocaba esperar horas a los gerentes de las constructoras para ofrecerles nuestros servicios y así conseguí grandes contratos”.
Las cosas mejoraron y además de la empresa de bienes raíces, que empezó a recuperarse, ahora se sumaba su empresa de construcción, y así diversificó y lanzó una tercera que se dedicaba al merchandising, trabajando para grandes empresas como Coca-Cola, Goya, Dr. Pepper, entre otras.
Paola vivió en el cielo y en el infierno financiero, pero ella considera que con tenacidad y el trabajo de hormiga se alcanzan metas. “La gente se queja de todo y no ve lo positivo. Todos nacemos con un don. Tienes que preguntarte qué te gusta hacer y así has de tu pasión tu trabajo y el éxito está asegurado”, expresa.
Finalmente, señala que en esta vida te la tienes que creer. “Si otros pueden, qué tiene esa gente que no tengas tú para lograr tus metas y hacer que el dinero trabaje para ti”.
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(FIN) CFS/CFS
Publicado: 25/8/2024