La tecnología transforma el conocimiento del territorio en ventaja competitiva empresarial y genera oportunidades a las economías locales.
En el complejo territorio peruano, donde la geografía desafía constantemente la seguridad humana, la información se erige como el más poderoso instrumento de prevención y protección, señala informe publicado en el Suplemento Económika del Diario El Peruano.
La gestión estratégica de datos territoriales representa mucho más que un ejercicio administrativo: es literalmente un escudo que protege vidas, inversiones y comunidades enteras, sostiene el Director General de Ordenamiento Territorial y de la Gestión Integrada de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente (Minam), Fernando Neyra Palomino.
La prevención no es un concepto abstracto, sino una ciencia precisa fundamentada en datos exhaustivos. Comprender un territorio significa desentrañar cada detalle de su configuración geográfica, identificando potenciales amenazas antes de que se materialicen.
Riesgo
En el Perú, esto implica un mapeo detallado que abarca desde los frágiles ecosistemas marinos hasta las complejas zonas andinas, reconociendo cada elemento que pueda representar un riesgo.
Las estadísticas revelan una realidad estremecedora. Actualmente, 71 quebradas en Junín, 93 en Puno, 20 en Cusco y 3 en Arequipa representan zonas de alto riesgo. Aproximadamente 98,000 personas habitan espacios territorialmente vulnerables, con 77 pasivos ambientales que pueden ser afectados por un desastre natural.
Estos números no constituyen simples cifras estadísticas, sino alertas urgentes que demandan acción inmediata e inteligente.
La plataforma Geoquebradas simboliza la evolución tecnológica en la gestión de riesgos. Mediante la integración de datos meteorológicos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), se generan reportes diarios que identifican con precisión zonas propensas a inundaciones, deslizamientos y eventos catastróficos.
Alerta temprana
La capacidad de predecir un posible desastre con 24 horas de anticipación representa la diferencia entre la prevención efectiva y una potencial tragedia, destaca Neyra.
Comenta que el caso de Huánuco ilustra el potencial de estos sistemas. “Una alerta temprana sobre una inundación potencial pudo haber salvaguardado vidas humanas. Sin embargo, la efectividad de estos instrumentos depende crucialmente de la receptividad y compromiso de las autoridades locales y regionales”.
La informalidad urbana multiplica exponencialmente los riesgos. Miles de ciudadanos continúan habitando zonas inundables, asentándose en fajas marginales o en conos de deslizamiento. Lugares como Chosica y Chaclacayo representan ejemplos dolorosos de asentamientos ubicados en territorios de alto riesgo. La información no debe limitarse a su generación, sino a transformarse en un mecanismo de concientización ciudadana.
Recursos
Las inversiones encuentran en estos datos un escudo fundamental, asegura el funcionario. “Un proyecto de infraestructura puede evitar pérdidas millonarias al conocer anticipadamente las condiciones geológicas. Un emprendimiento agrícola puede optimizar su ubicación, considerando la disponibilidad hídrica. La información es un instrumento estratégico de protección económica”.
El cambio climático añade capas de complejidad al escenario de riesgos. Los episodios del fenómenos de El Niño se vuelven cada vez más recurrentes, exigiendo sistemas de monitoreo cada vez más sofisticados.
La capacidad predictiva permite no solo salvar vidas, sino también diseñar estrategias de respuesta y mitigación con anticipación, destaca Neyra.
La identificación temprana de riesgos abarca múltiples dimensiones territoriales. “Se mapean detalladamente zonas propensas a inundaciones, deslizamientos, erosión costera y otros fenómenos naturales. La información no solo detalla la probabilidad de ocurrencia, sino también el impacto potencial en poblaciones e infraestructura”.
Las tecnologías de información geográfica permiten crear escenarios predictivos con una precisión científica sin precedentes. Mediante el cruce de datos climáticos, geológicos y demográficos, se generan modelos que anticipan posibles escenarios de riesgo con una exactitud cada vez más refinada.
La prevención trasciende la responsabilidad gubernamental. Se requiere una transformación cultural profunda que involucre a todos los sectores: autoridades, empresas, comunidades y ciudadanos individuales. La información debe convertirse en el fundamento de decisiones que privilegie la seguridad colectiva.
Retos
Los desafíos son múltiples y complejos. En opinión de Neyra, la rotación constante de autoridades interrumpe procesos. La falta de voluntad política frena la implementación de estrategias preventivas. La desigualdad social expone a las poblaciones más vulnerables a mayores riesgos.
Sin embargo, existen señales de esperanza. Gobiernos regionales como Loreto, San Martín, Ucayali y La Libertad ya demuestran apertura a estas estrategias.
Inversión estratégica
El trabajo de mapeo y análisis de riesgos no representa un gasto, sino una inversión estratégica. El costo de la prevención es sustancialmente menor que el de la reconstrucción. Cada sol invertido en comprender y mitigar riesgos potenciales representa un escudo para comunidades enteras, explica el Director General de Ordenamiento Territorial y de la Gestión Integrada de los Recursos Naturales del Minam.
Las tecnologías emergentes prometen hacer esta labor cada vez más precisa. Sistemas de información geográfica, análisis de big data y monitoreo satelital se convierten en herramientas fundamentales para anticipar y gestionar riesgos.
El Perú está en un punto de inflexión histórica. La información ya no es un lujo, sino una necesidad estratégica de supervivencia. Cada mapa, dato y análisis representan una oportunidad para construir un futuro más seguro, más resiliente, más consciente de los desafíos que presenta nuestro complejo territorio. La prevención es un proceso continuo que requiere compromiso, inversión y, sobre todo, una comprensión profunda de nuestra relación con el entorno.
Utilidad
El Minam desarrolló una plataforma que brinda datos sobre el suelo, agua, bosques, contaminación y otros factores relevantes para evaluar la viabilidad de un proyecto.
Esta información es gratuita y está disponible para cualquier persona o empresa interesada en invertir en el Perú.
Al tener acceso a esta información, las empresas pueden tomar decisiones más informadas, reducir costos y minimizar riesgos.
Por ejemplo, si una empresa quiere invertir en una mina en Cajamarca, puede consultar la plataforma para conocer la calidad del suelo, la disponibilidad de agua y otros factores ambientales relevantes.
Esto permite a las empresas dimensionar la tecnología necesaria y evitar sorpresas desagradables que podrían poner en riesgo el proyecto.
Además, el contar con esta información es crucial para generar empleo sostenible. Al conocer las condiciones del terreno y los recursos naturales, las empresas pueden planificar sus proyectos de manera más eficiente, evitando retrasos y sobrecostos.
Más en Andina:
(FIN) DOP/SDD