Huancabamba, en la región Pasco, intenta resurgir tras la devastación de más de 500 hectáreas de bosques y terrenos agrícolas que fueron arrasados por incendios forestales. Este desastre afectó no solo la cobertura vegetal, sino también el hábitat de numerosas especies de fauna y flora, así como las fuentes de agua esenciales para el equilibrio ecológico de la zona.
Por ello, consciente de la gravedad de la situación, el Colectivo Ecológico y Amazónico, junto con voluntarios y especialistas, pusieron en marcha la iniciativa “Mil Árboles para Recuperar el Hábitat”. Este proyecto busca que se planten árboles de pacae, una especie nativa de rápido crecimiento, en las áreas afectadas por los incendios.
Según declaraciones de Rodrigo Carbajal, integrante del colectivo, el objetivo es “recuperar la biodiversidad perdida, proteger el suelo contra la erosión y garantizar la restauración de servicios ecosistémicos como las fuentes de agua y los hábitats de los animales”, refirió.
Además, mencionó que el proceso comienza en viveros donde las semillas de pacae son cuidadas por los voluntarios, allí las plantas son regadas, abonadas y preparadas con esmero para que estén en óptimas condiciones cuando sean trasplantadas; de allí son trasladados a la zona crítica, como el Apu Torre Jirka en el distrito de Huancabamba, donde se inicia la reforestación.
El pacae, una planta nativa conocida por su capacidad para adaptarse y florecer en condiciones adversas, es fundamental para este proyecto. “Estamos utilizando principalmente la especie blanca, que es ideal para regenerar hábitats y atraer a la fauna local. La floración de estas plantas comenzará en los primeros meses de 2025 y con ello veremos el inicio de un nuevo ciclo de vida en estas tierras afectadas”, informaron las fuentes.
Campaña de apadrinamiento
El Colectivo ha lanzado además una campaña de apadrinamiento de árboles, invitando a la comunidad0 a sumarse a esta noble causa. Con un aporte de S/ 35.00 soles o $10 USD, cada persona puede ayudar a plantar y cuidar un árbol, contribuyendo directamente a la recuperación de los bosques devastados. “Es una forma de involucrar a todos en esta misión ambiental. Cada árbol sembrado es una esperanza para Huancabamba y la parte de la selva pasqueña”, anotó.
Para garantizar el éxito de esta campaña, los voluntarios trabajan arduamente no solo en la siembra, sino también en la concientización de la comunidad sobre la importancia de proteger el medio ambiente y prevenir futuros incendios forestales. “Estamos restaurando no solo el paisaje, sino también el corazón de esta región, que depende de su biodiversidad para prosperar y las primeras semillas reforestadas lo veremos entre enero y febrero del 2025, manifestaron.
Este esfuerzo conjunto busca devolverle la vida a la flora y fauna. Cada árbol plantado no solo reforesta un área devastada, sino que siembra un compromiso con las generaciones futuras y la lucha contra el cambio climático.
(FIN) WMCH/TMC