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Las damas del Himno del Bicentenario de la Independencia del Perú

ANDINA/Difusión

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09:43 | Lima, ene. 12.

Por José Vadillo

La comunicadora ayacuchana María Victoria Vásquez y la música chiclayana Rossana Díaz son autoras de la letra y música del Himno del Bicentenario, respectivamente. Un pago a la tierra. José María Arguedas y César Vallejo alumbraron la letra de compromiso con el país.

María Victoria Vásquez


El piano de Arbe de Lelis Gil Llorente marca solemne las notas. La soprano Josefina Brivio Ramírez, como una Rosa Merino del siglo XXI, toma entre sus cuerdas vocales las letras del Himno del Bicentenario de la Independencia del Perú. El video está disponible en el canal de YouTube de la Universidad Nacional de Música (UNM).

La autora de la letra es María Victoria Vásquez. Es casada, tiene 33 años, un niño de 3 años y dos pasiones: la comunicación y el arte. En estos diez meses de pandemia, desarrolló sobre todo su faceta como diseñadora gráfica por teletrabajo.

¿Cómo nacieron las letras del futuro Himno del Bicentenario? “Siempre estoy vinculada a pensar en el Perú, al tema de la memoria con el teatro”, comenta. Un día de abril, mientras acompañaba sus labores con música clásica, escuchó en radio Filarmonía la convocatoria del concurso por el Himno del Bicentenario: la primera etapa era para la letra y, la segunda, para componer la música. Sintió que la convocatoria era para ella.

“Me dije, ¡ah, qué bacán! Yo siempre quiero aprender música; me gusta escribir poesía; siempre estoy intentando crear algo”. Si bien no se sentía segura de componer la melodía, aunque tiene a la mano la guitarra, el piano, sí se sentía capaz de escribir la letra. “Yo quiero escribir algo sobre el bicentenario”, se propuso.

Buscó las bases del certamen y una pregunta empezaba a ubicarse en el centro de su vida: ¿cómo sería representar a todos los peruanos en una canción? Con la pandemia del covid-19, con la gente confinada y el desánimo general, el reto se volvía mayor.

¿ Qué nos puede unir a todos los peruanos?


“Era tan complicado porque uno puede pensar en cosas lindas, pero también en las taras de nuestra sociedad, pucha, ¿qué nos puede unir a todos los peruanos?”, se preguntó Vásquez, quien en su faceta de actriz ha actuado en el teatro y en la televisión.

La imagen fuerte que le acompañó el proceso de escritura de la letra fue la de un pago a la tierra.


Escucha aquí el Himno del Bicentenario de la Independencia del Perú






Frente a la laptop, en las noches de mayo y junio, María Victoria Vásquez pensaba en José María Arguedas, en César Vallejo, quienes “pensaron, reflexionaron y sintieron mucho sobre el país”.

Pero en casa nadie sabía de su proyecto. “Ni mi esposo”. Una forma de prepararse fue estudiar los himnos tradicionales y el ritmo de sus métricas, que era uno de los requisitos de las bases del concurso. Tenía que “interiorizar” esas estructuras, aprender a restarle a las estrofas las sílabas. En un momento, la métrica del himno ya estaba en su cabeza y las frases, con sus acentos, comenzaron a salir.

María Victoria tomaba nota de los versos que iba creando. Mientras escuchaba a Chabuca Granda, al Zambo Cavero, cantando a Polo Campos, quien ya había reunido todo el sentimiento para los peruanos. Se dijo que no era el camino. Esta vez, tocaba hacer “un llamado”, una reflexión que partiera por lo que uno hacía por un país mejor.

Al principio reunía los versos por temáticas. Luego vino un proceso de depuración, empezó a cambiar las palabras, quería que tenga un espíritu arguediano, rotuló el “todas las sangres”, como un deber ser para involucrar a los 33 millones de peruanos. “Yo quería hacer una reflexión, no contar la historia desde la Independencia hasta nuestros días. Han pasado 200 años y seguimos siendo un país un poco desunido, no nos valoramos; hay racismos, clasismo”.

Sus letras hablan de un país diverso, pluricultural, que tiene esa tarea de unirse, por eso está esa imagen vallejiana de sentarnos todos a la mesa a compartir juntos. Otra preocupación que tuvo fue dejar de lado lo protocolar, lo rimbombante, para que las letras sean cercanas y los niños las entiendan y las personas, en general, se apropien de las letras.

Mientras escribía las letras, pensaba en una melodía que acompañen sus versos. Cuando escuchó la música que había creado la maestra Rossana Díaz, encontró que había cierta similitud con las cosas que había imaginado.

La memoria y el pensar en el Perú siempre han sido parte de María Victoria. “Crecí marcada por Ayacucho”, dice la comunicadora ayacuchana. Pero fue consciente de ese vínculo mientras estudiaba en la universidad en Lima, porque de Ayacucho salió a los nueve años. Si bien la violencia, en Huamanga no le tocó a su familia, recuerda historias muy “feas” de amigos y conocidos.

Su trabajo final para el curso de periodismo narrativo fue un perfil sobre el antropólogo forense José Pablo Baraybar, quien ha trabajado en la restitución de cuerpos en Ayacucho y otras partes del mundo.

Basado en esas vivencias y los testimonios que recogió escribió el microrrelato Los quincemil, en memoria de los 15,000 desaparecidos que dejó la guerra contra el terrorismo, entre 1980 y 2000. Se estrenó en Barranco y este año formará parte del Festival de Teatro FAE Lima 2021.

María Victoria se ha percatado que en el video se ha invertido el orden de las dos primera estrofas que presentó. Desconoce el motivo. Tampoco ha hablado con la maestra Díaz. Está orgullosa, eso sí, que sean dos mujeres y representantes de las provincias las que ganaron el concurso.

Rossana Díaz


La maestra chiclayana Rossana Díaz Torres tiene una relación genética con la música. La Escuela Superior de Formación Artística Pública de Iquitos lleva el nombre de su bisabuelo materno, el músico y compositor Lorenzo Luján Darjon. A su abuelo paterno, Ángel Díaz, le gustaba cantar y a los siete años, Rossana se sentó frente a un piano y nunca más se separó de aquel instrumento.

Antes de que un jurado eligiera su trabajo como la música del Himno del Bicentenario entre más de un centenar de obras, la pianista norteña ya tenía un largo caminar y reconocimiento en la creación de himnos en el norte del país. Compuso el de la región Lambayeque, el del grupo aéreo número 6, dedicado al héroe José Abelardo Quiñones; también de colegios históricos en Piura y Chiclayo, entre otros aplaudidos trabajos.

Rossana Díaz enseña piano por más de tres décadas en la Escuela Superior de Formación Artística Ernesto López Mindreau, de Chiclayo. Por su especialidad en la docencia y la música dejó de lado su otro título, el de ingeniera zootecnista.

Cuenta que se animó a participar recién 15 días antes. Y prácticamente el último día que se vencían las bases, envió su trabajo al concurso.

Primero, leyó la letra ganadora y puso las manos sobre el piano: debía de darle sentido a la música, darle una sonoridad que se adecúe a la letra del himno. Releyó varias veces y le fue poniéndolo los acentos más tristes y emotivos en algunos pasajes y, en otros, la fuerza que la letra exigía.

El 15 de octubre, a las dos de la tarde, envió su trabajo.Cuatro días más tarde, la llamaron de la UNM comunicándole que su composición había sido elegida música del Himno del Bicentenario del Perú. En Chiclayo, la noticia dio pie a entrevistas en la televisión y periódicos locales.

¿Qué significa ganar este reconocimiento? “Me causa mucha satisfacción, porque veo que mi potencia musical ha sido apreciada. He competido contra 134 compositores peruanos y del extranjero”, dice la pianista de 63 años.

Uno de los más hermosos del mundo


Considera que el Himno Nacional, escrito hace 200 años por don José de la Torre Ugarte y José Bernardo Alzedo, es uno de los más hermosos del mundo, y el papel del Himno del Bicentenario no es destronarlo, sino celebrar los 200 años de la independencia.

Los músicos que han revisado su trabajo del himno comentan que hay pasajes con sonidos de yaraví o un triste. Es lo que Díaz busca: que la música académica tenga elementos de nuestra música andina.

Rossana Díaz tiene una propia cruzada en Lambayeque. Mientras otras ciudades del país, como Trujillo, Lima y Arequipa, cuentan con un mayor trabajo y difusión de la música académica, el reto en Chiclayo es enseñar a los jóvenes músicos y al público que, además de la música popular, hay diferentes tipos de música.

“Debemos cultivar la sensibilidad de la gente”, es su principal conclusión después de haber visitado tres veces Europa y ver el movimiento musical en las grandes ciudades. “Los medios de comunicación deben culturizar y mejorar la calidad auditiva. Además de salsa, cumbia, reguetón, hay otros tipos de música. Si explicamos una composición de Schubert, después la persona seguirá y le encontrará sentido”, opina.

Ahora, espera el 28 de julio, fecha cuando la Orquesta Sinfónica Nacional estrenará, con arreglos orquestales, el himno por los 200 años de independencia.

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Publicado: 12/1/2021