En el período 2012-2016 se registraron 587 incendios forestales a nivel nacional, que arrasaron 94,239.9 hectáreas de cobertura vegetal y afectaron otras 93,365.8 hectáreas, además de destruir los hábitats naturales de la fauna silvestre, reveló el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).
Advirtió que las consecuencias sobre los recursos naturales son muy negativas, pues destruyen la vegetación, matan la fauna silvestre, eliminan la vida en el suelo, contaminan las aguas y dañan el aire.
Los incendios cambian el paisaje de forma radical de un bosque. La vida vegetal, animal y humana se transforma, y en cientos de años no puede recuperarse y volver a su estado original.
Frente a este panorama, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) aprobó el
Plan de Prevención y Reducción de Riesgos de Incendios Forestales 2019-2022, que ayudará a evitar la pérdida de la cobertura vegetal y la destrucción de los hábitats naturales de la fauna silvestre.
"Los incendios forestales son un problema latente que afecta sustancialmente a los ecosistemas y, en consecuencia, afecta negativamente las dimensiones económicas, sociales y ambientales del país", subraya.
Refiere que en el Perú la ocurrencia de la mayoría de incendios forestales es ocasionado por el hombre, y una de las causas principales está relacionada con actividades de habilitación de chacras de cultivo, quema de pastos, malezas y rastrojos.
Cusco con el mayor número de eventos
De acuerdo con la estadística, y en el período 2012-2016, Cusco es el departamento que reportó el mayor número de incendios forestales, con 130; seguido por Puno y Apurímac con 95 y 83, respectivamente.
Solo durante el 2016, según datos del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), ocurrieron 281 incendios forestales, siendo noviembre el mes con el mayor número (93 siniestros).
Ese año, Apurímac fue el departamento con mayor número de incendios forestales (50), seguido por Puno con 43 eventos reportados.
El Serfor remarca que urge capacitar y sensibilizar a las poblaciones rurales sobre el manejo y riesgos del fuego; así como definir competencias y protocolos entre los actores de los tres niveles de gobierno.
Mediante el
documento, cuya implementación será evaluada cada año, se establecerán estrategias de planificación y ejecución de acciones para disminuir la ocurrencia de incendios forestales.
De esa forma, se espera reducir la vulnerabilidad de los bosques, las tierras con capacidad de uso mayor forestal y de protección, y la fauna silvestre.
Diagnóstico
El Perú tiene una superficie total de 128'521,560 hectáreas, con potencial suficiente para el desarrollo de la actividad forestal. Más de 72 millones de hectáreas (56.09 % del territorio) están cubiertas de bosques que albergan una gran diversidad de especies de flora y fauna silvestre.
Dicha extensión ubica al Perú en el segundo lugar de países con mayor superficie de bosques naturales en Sudamérica y el noveno lugar a nivel mundial (Informe Nacional Perú-FAO, 2004), precisa el plan.
En el período 2001-2016, el índice de deforestación en el Perú se incrementó, con una pérdida de 1'974,208 hectáreas de bosques, y con una pérdida promedio anual de 123,388 hectáreas de bosques húmedos amazónicos.
En el 2016, solo en seis departamentos se concentró el 85 % de la deforestación nacional: Loreto (23 %), Ucayali (18 %), San Martín (13 %), Huánuco (11 %), Madre de Dios (11 %) y Junín (10 %).
Determinan causas
De acuerdo con el estudio de diagnóstico elaborado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en el 2015, en el Perú se distinguen diferentes causas de los incendios forestales, las que se pueden ubicar por regiones.
La Amazonía tiene un alto nivel de crecimiento en el sector agrícola comercial, particularmente los cultivos extensivos de palma africana, cacao y frutales, que demandan la apertura de tierras boscosas para ampliar la actividad agrícola y el consecuente cambio de uso del suelo.
Así, en el afán de iniciar nuevas siembras en las áreas deforestadas, se hacen quemas que, al no poder ser controladas o manejadas adecuadamente, degeneran en incendios forestales.
En la región andina, donde los pastos son una de las pocas fuentes de alimento para la ganadería, es frecuente que se hagan quemas para renovarlo; estas prácticas no controladas pueden convertirse en incendios.
En ceja de selva, las zonas de bosque de niebla y otros tipos de asociaciones se ven amenazadas por el uso del fuego para el manejo de las chacras, por lo que esta actividad es una de las más importantes en estas condiciones de terreno.
En la región norte, los incendios forestales son ocasionados principalmente por los “mieleros”, personas dedicadas a colectar miel de abejas silvestres, para lo cual hacen quemas a la altura de la base del árbol para ahuyentar a los insectos.
Asimismo, en Lambayeque los incendios forestales están asociados a la quema de rastrojos y pastos para la preparación del terreno para las campañas agrícolas; también ocurren estos siniestros cuando se queman residuos sólidos en los botaderos informales.
Áreas naturales
En el 2016, 11 áreas naturales protegidas por el Estado (ANP) también fueron afectadas por incendios forestales: el Parque Nacional del Manu, Parque Nacional Huascarán, Parque Nacional Otishi, Santuario Nacional de Ampay.
Además, el Santuario Nacional Lagunas de Mejía, Santuario Histórico de Machu Picchu, Santuario Histórico de las Pampas de Ayacucho, Santuario Histórico de Chacamarca.
También la Reserva Nacional del Titicaca, Reserva Comunal Ashaninka y el Refugio de Vida Silvestre Los Pantanos de Villa.
En las ANP, un 50 % de los incendios forestales ocurren por cambio de uso del suelo, 41 % por la quema de pastos como actividad ancestral, 3 % por la quema para obtener leña y 3 % por negligencia.
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(FIN) JOT
Publicado: 19/12/2018