Cuando parecía que el empate estaba sellado, Alianza Lima no bajó los brazos. En los descuentos, el equipo íntimo construyó una jugada colectiva iniciada por Eryc Castillo, quien esperó el momento justo para habilitar a Pablo Lavandeira. El uruguayo se sumó al ataque y, tras recibir el balón, envió un centro hacia atrás que superó a Santiago Fernández y encontró a Hernán Barcos bien posicionado en el área.
El ‘Pirata’, con toda su jerarquía, controló el balón con el pecho y definió con zurda al primer palo del arquero Guido Herrera. Una ejecución precisa que desató la locura en las tribunas del Estadio Alejandro Villanueva.
El gol, marcado en el minuto 95, selló una victoria agónica pero merecida para Alianza Lima. Con este resultado, el conjunto blanquiazul sumó tres puntos fundamentales en su camino por la Copa Libertadores, en un partido que reflejó entrega, carácter y una inquebrantable fe hasta el último segundo.