El Perú avanza de manera sostenida hacia el cumplimiento de la meta de erradicar 25,000 hectáreas de hoja de coca prevista para este año, aseguró la presidente ejecutiva de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), Carmen Masías.
Detalló que de enero a la fecha se ha logrado erradicar cerca de 22,090 hectáreas de ese cultivo en los distintos valles cocaleros del país y, en tal sentido, expresó su confianza en que, al igual que en años anteriores, se pueda llegar a la meta establecida.
“Nos ha jugado un poco en contra el tema del clima, porque ha sido un año muy difícil, climatológicamente hablando, pero pienso que se podrá correr un poquito y tenemos que continuar hasta que se cumpla la meta”, expresó en diálogo con la Agencia Andina.
La titular de Devida agregó que la meta del año 2018 en materia de erradicación será similar a la del presente año, es decir, 25,000 hectáreas de hoja de coca eliminadas, labor a la que se sumará
el componente del desarrollo alternativo, a fin de evitar la resiembra de este cultivo.
Balance
Al hacer un balance de gestión, Carmen Masías también destacó que a lo largo del año se ha continuado con la titulación de tierras en favor de las comunidades nativas que son aliadas del desarrollo alternativo en zonas como el valle del río Ene.
Por otro lado, indicó que el presupuesto de Devida para el año venidero es de S/ 243 millones 430,140, los cules serán destinados, no solo a las transferencias a las entidades y sectores involucrados en la lucha antidrogas, sino también a las labores de desarrollo alternativo y posterradicación.
Devida es un organismo público ejecutor, adscrito a la Presidencia del Consejo de Ministros, que diseña y conduce la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas, además de ser la contraparte nacional para los fondos de cooperación internacional destinados a la lucha contra las drogas.
Perú es reconocido como un país líder en el combate y sanción del tráfico ilícito de drogas en todos los eslabones de la cadena delictiva, así como en la reducción efectiva del espacio cocalero y en la disminución de la demanda de drogas.
Asimismo, lo es en cuanto al decrecimiento de la vulnerabilidad, exclusión y/o discriminación de la población frente al problema de las drogas.
(FIN) MVF/CCR
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