Paulina Coaquira Yajo, conocida como la “abuelita de roca”, es una mujer arequipeña que en agosto próximo cumplirá 101 años de edad y representa a las madres beneficiarias del programa Pensión 65 por su fortaleza, perseverancia y lucha incansable que sacó adelante a sus 12 hijos, quienes le han dado 27 nietos, 46 bisnietos y un tataranieto recién nacido.
Con motivo del Día de la Madre, que se celebrará este domingo 13 de mayo, cabe destacar la fortaleza integral de Paulina Coaquira, quien nació el 10 de agosto de 1917 en el distrito de Maca, provincia de Caylloma, en Arequipa. Actualmente vive en Majes, donde la cuidan sus hijas Cecilia, de 71 años de edad, y Justina, de 57 años.
Mujer ejemplo de lucha incansable
El destino le puso a Paulina varias pruebas muy difíciles a lo largo de su existencia. Por ejemplo, perder a su madre cuando tenía 7 años; luego fallecieron sus cuatro hermanos varones y diez de sus doce hijos, por lo que tuvo que hacerse cargo de sus nietos pequeños.
Otro momento doloroso en su vida fue la lucha contra un tumor maligno detectado en su nariz. La exitosa respuesta de su organismo al tratamiento oncológico, en la que conservó su cabello pese al agresivo impacto de los fármacos, le mereció el apelativo cariñoso de “La abuelita de roca”, por parte de los médicos que la atendieron.
Es muy probable que la respuesta de la salud de Paulina a la amenaza del terrible cáncer se deba a su sana alimentación, que consiste en comidas a base de quinua, trigo, maíz, habas, cebada, isaño (tubérculo parecido al camote), oca, papa, olluco, chicuro (especie de zanahoria), rocoto y airampo (semilla de un cáctus utilizada para superar la fiebre en la región andina).
Paulina Coaquira se casó a los 15 años con Demetrio Vilca y enviudó a los 44 años. Recuerda con nostalgia los maravillosos momentos como cónyuges en su vivienda, cultivando o cosechando en la chacra o en la fiesta llamada “Tincacho”, donde contaban el ganado. “Tenía a mis hijos en mi falda o jugando con ellos. Para la fiesta se sacrificaba un cordero y con la carne hacíamos un delicioso caldo”, rememora Paulina en quechua, su idioma materno.
Ser una madre centenaria no le impide a Paulina realizar actividades que le agradan mucho como regar las plantas de su huerta o preparar medicina tradicional para aliviar sus dolores de articulaciones en manos y rodillas. Se trata de un emplasto que mezcla hojas de coca, mandioca o harina de yuca, así como hojas de marccu y yahuarchonca, las cuales se muelen en batán y se mezclan en una buena porción de cañazo o destilado de caña. El menjunje se hierve por varios minutos y el emplasto obtenido se coloca en sus rodillas y manos.
Beneficiaria de Pensión 65
Paulina Coaquira cobró por primera vez, en abril de este año, la subvención económica de 250 soles otorgada por el Programa Nacional de Asistencia Solidaria Pensión 65, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
Relató que lo primero que compró con este estipendio del Estado fue un pañal de franela o “chumpi” para fajar a su tataranieto, de 18 días de nacido, que lleva el nombre Dylan.
Usuarios a escala nacional
Según el registro de usuarios en el período marzo-abril, el programa Pensión 65 cuenta actualmente con 822 adultos mayores afiliados que tienen más de 100 años de edad. Del total de beneficiarios 300,142 son mujeres y 241,098 son varones, en tanto que 541,240 beneficiarios viven en 1,874 distritos del país.
Las cifras más altas de mujeres afiliadas a Pensión 65 se ubican en Cajamarca, con 33,583 beneficiarias, y Puno con 32,656 usuarias.
(FIN) LZD/MAO