Alejandro Garnacho, una de las promesas que más ilusionan en el fútbol argentino, puede tener este sábado su puesta de largo en un gran torneo, el bautismo de fuego en un país al que espera regresar dentro de dos años para disputar el Mundial.
Respaldado por su gran temporada en el Manchester United, que culminó con un gol en la final de Copa frente al Manchester City, Garnacho ha sido centro de atención desde que el técnico Lionel Scaloni le incluyese en la relación de 26 jugadores para la Copa América.
No ha habido conferencia de prensa en la que Scaloni no haya tenido que responder sobre la situación del jugador, que cumplirá 20 años el próximo 1 de julio. Y el técnico siempre ha asegurado que llegará su momento.
“Nos encantaría que jugara (Garnacho) porque es un chico que nos da muy buena frescura. Aún no ha tenido la oportunidad, pero esperamos dársela y que pueda aprovecharla. Si lo hace bien se lo pone difícil tanto al entrenador como a su compañero”, afirmó Scaloni tras el último partido de su equipo.
Ese momento parece haber llegado ante Perú, en un partido en el que el técnico de la Albiceleste, con la clasificación a cuartos asegurada, utilizará a jugadores que aún no han debutado.
Puede ser el siguiente paso adelante de un jugador distinto, que quema etapas a toda velocidad.
Las elecciones vitales
Desde niño, Garnacho ha tenido que elegir. Con 16 años si el Atlético o el Manchester, con 17 si España o Argentina y, siempre, si Messi o Ronaldo.
Nacido en Madrid pero de madre Argentina, Garnacho comenzó a jugar en la escuela municipal de Arroyomolinos (30 kilómetros al sureste de Madrid), pasó por el Getafe y en 2015 recaló en el Atlético de Madrid. Dos temporadas después, llamó la atención del United que pagó al Atlético 420.000 libras esterlinas (530.000 dólares) por un adolescente al que convenció por una videollamada.
"Mi trabajo fue presentarle a Alejandro, su agente y su familia, por qué esta sería una oportunidad maravillosa y por qué debería dejar un club de fútbol realmente bueno (el Atlético de Madrid) para venir y unirse a nuestro club. Pero tuve que hacerlo desde la habitación de invitados de mi casa mediante videollamada, usando un traductor", explicó a los medios del club Nick Cox, jefe de la Academia del ManU, que aún se sorprende de que todo saliese bien.
"Mis hijos en ese momento tendrían 14 y 10 años, y recuerdo que estaban discutiendo entre ellos mientras yo intentaba fichar a Garnacho. Todavía les digo a mis muchachos que si esa discusión se hubiese prolongado probablemente no tendríamos a Alejandro Garnacho en el Manchester United", afirmaba.
El impacto de Garnacho en el club fue inmediato. Con el equipo juvenil, ganó ganó la FA Youth Cup y recibió el premio Jimmy Murphy al mejor jugador sub-18 de la temporada. Un año después, subió al primer equipo. En dos temporadas, suma 50 partidos (38 de ellos consecutivos), 10 goles y 5 asistencias, un número similar a los de Cristiano Ronaldo en sus inicios con los 'Red Devils'.
Con 17 años, tuvo que elegir entre España o Argentina. Había jugado ya tres partidos con la 'Rojita', pero no lo dudó. "Siempre tuve claro que quería jugar para Argentina porque mi mamá es argentina y yo me siento argentino", ha asegurado cada que se le pregunta.
Sin embargo, una lesión impidió sus primeras convocatorias y la negativa del Manchester a dejarle disputar el Mundial sub'20 retrasaron su incorporación. Finalmente, hace un año, debutó con el grupo de Scaloni.
En junio, jugó 16 minutos frente a Australia y 30 contra Indonesia. Dos meses después, tuvo su debut oficial; 5 minutos en el partido contra Bolivia de las eliminatorias al Mundial 2026.
Ronaldo, las redes y otros líos
La peculiar personalidad de Garnacho y su constante presencia en las redes le han convertido en habitual centro de atención, examinándole más allá de lo que hace en el terreno de juego.
El 'europibe' llegó al reino de Messi tras mostrar una admiración sin límites por Cristiano Ronaldo. Garnacho no coincidió más que seis partidos -246 minutos- sobre el terreno de juego con el portugués, en la segunda etapa de este en el Manchester, lo que no impidió que aumentase su idolatría.
"Fue increíble conocerlo porque siempre lo admiré mucho. Me dio consejos para mejorar como jugador y como persona", contó.
Tanto le admiró que hasta comenzó a imitar sus celebraciones de los goles. Toda una provocación en la Albiceleste. El chileno Arturo Vidal, el inglés Martin Keown o hasta el propio Ángel di María sugirieron que no lo hiciese.
Renunciar a esas celebraciones o tamizar su admiración por el portugués no le ha librado de la pregunta más incómoda: ¿A quién prefiere a Cristiano o a Messi?. El 50-50 con el suele responder, no deja a todos satisfechos.
Su otra fuente de conflictos son las redes sociales.
Como cualquier veinteañero, Garnacho interactúa en las redes sociales, bien para mostrar su antibarcelonismo o para respaldar las críticas a su entrenador, lo que le ha convertido en diana de los 'haters'.
Así fue por respaldar una publicación de Vinicius tras el 0-4 al Barcelona en la Copa del Rey, con un emoticono de doble risa y llanto. Tras eliminar al equipo azulgrana de la Liga Europa publicó: "El gran club avanzó".
No es el único problema que se ha buscado en las redes. En abril pasado, un 'me gusta' a una crítica de un aficionado al técnico Erik ten Haag, tras empatar a dos contra el Bournemouth -un partido en el que fue sustituido- le valió una reprimenda del entrenador neerlandés, ante el que tuvo que disculparse.
Ahora, Garnacho afronta el momento más importante. Incorporado a la campeona el mundo, el sábado tendrá la ocasión de demostrar si puede convertirse en una de las piezas importantes en la selección que defenderá el título mundial en Estados Unidos, dentro de dos años.
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(FIN) EFE/MEG