La XXXIV edición del Carnaval Ucayalino alcanzó la noche del viernes 28 de febrero su máxima efervescencia con el Gran Corso Carnavalesco "Costumbres de mi tierra", que protagonizó una legión de coloridas y exultantes comparsas que recorrieron las principales avenidas de la "tierra colorada", convirtiendo a esta festividad en una de las más apoteósicas de la selva peruana.
Delegaciones de los diversos barrios e instituciones públicas y privadas de la capital de la región Ucayali, la segunda más extensa del Perú, mostraron su vasta imaginación e identificación con el carnaval luciendo todo tipo de vehículos motorizados profusamente decorados con imágenes alegóricas a la riqueza cultural y natural amazónica ucayalina.
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Utilizando todo tipo de materiales y objetos, muchos de ellos reciclados, los camiones, ómnibus, camionetas, automóviles, triciclos, cuatrimotos y motocicletas -el medio de transporte más utilizado por la población- se esmeraron en presentar estampas del paisaje amazónico, personajes mitológicos, especies de fauna y flora emblemáticas, entre otros.
La intersección de los jirones John F. Kennedy y Guillermo Sisley de la ciudad de Pucallpa fue el punto de partida del kilométrico desfile de carros alegóricos, encabezados por el ómnibus que transportó al gobernador regional de Ucayali, Manuel Gambini Rupay; la alcaldesa distrital de Yarinacocha, Katherin Rodríguez Díaz; y a invitados especiales como la reina del Carnaval Ucayalino 2025, Angie Barbarán, entre otros.
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Ellos sonreían y saludaban a diestra y siniestra, a la vez que lanzaban bolsas que contenían caramelos y otros dulces a la emocionada población ubicada a ambos lados de la ruta del corso y que vitoreaba a los ocupantes de los vehículos alegóricos.
Agua a raudales, pintura, talco y espuma
Como no podía ser de otro modo en el Carnaval Ucayalino, el agua fue protagonista de la fiesta. Abundantes chorros de líquido vital fueron lanzados desde todas direcciones hacia los carros alegóricos por eufóricos y bien organizados vecinos provistos de mangueras, chisguetes, globos rellenos, baldes y otros elementos a medida que se movilizaba el corso a paso lento.
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Además del agua, que en ciertos tramos de la ruta del corso fue lanzada por potentes mangueras de los bomberos para apaciguar el agobiarte calor que superó los 30 grados Celsius en ese momento y que aumentó en el transcurso de la fragorosa jornada del gran desfile carnavalesco, abundaron la pintura de todos los colores, el talco y la espuma que muchos de los participantes del gran corso portaron y arrojaron a su paso al público que los saludaba efusivamente.
Después de recorrer más de 30 cuadras, por la avenida José Faustino Sánchez Carrión, y falta de pocas cuadras para llegar a la plaza de Armas del distrito de Yarinacocha, punto de llegada del gran corso y donde se instaló un estrado para las autoridades, los carros alegóricos recibieron el último y más potente lanzamiento de agua desde ambos lados e la vía por parte de los bomberos para refrescarse y coronar el frenesí carnavalesco.
Comparsas, humishas, danzas y música incesantes
Inmediatamente después del parsimonioso tránsito de decenas de carros alegóricos que culminaron su participación en el Gran Corso, desfilaron a pie centenares de comparsas de danzantes que exhibieron lo mejor de su repertorio de bailes selváticos originarios, como el bombobaile, y mestizos como la pandilla, y muchos otros que ensayaron con meses de anticipación para lucirse con incontenible algarabía en el gozoso carnaval. Muchos de ellos lanzaron agua, talco, pintura de colores y serpentinas al público y a toda persona que se cruzaba en su camino.
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Al llegar a la plaza de Armas de Yarinacocha, punto de llegada del Gran Corso, las comparsas compitieron por el reconocimiento a su mejor desempeño.
Durante diez minutos debían presentar una coreografía inspirada en las tradiciones ucayalinas y finalizar con una humisha o cortamonte, costumbre muy arraigada en la cultura viva amazónica.
El jurado calificador se encontraba en el estrado de honor encabezado por el gobernador regional de Ucayali, Manuel Gambini Rupay, e integrado por el viceministro de Gestión Ambiental del Ministerio del Ambiente, Edgar Romero; la alcaldesa distrital de Yarinacocha, Katherin Rodriguez, entre otras personalidades.
Festividad ejemplar e icónica de la Amazonía peruana
Al respecto, la autoridad regional, destacó en diálogo con la Agencia de Noticias Andina, el posicionamiento que ha alcanzado el Carnaval Ucayalino en el calendario turístico peruano.
Consideró que la buena articulación de esfuerzos entre las autoridades de nivel nacional, regional y local, junto con la comprometida participación de la entusiasta población y el apoyo creciente del sector privado, ha permitido convertir al Carnaval Ucayalino en una celebración ejemplar y representativa de la prodigiosa cultura amazónica peruana.
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"Nos sentimos muy contentos y orgullosos de mostrar a todo el Perú y al mundo la enorme riqueza de la cultura ucayalina, con sus tradiciones y costumbres que conservan nuestros pueblos originarios y nuestros bailes mestizos que constituyen nuestra identidad. Esta es cada vez más valorada por los visitantes que aumentan cada año a Ucayali para participar del carnaval y de otras festividades de nuestra región a lo largo del año", enfatizó.
Con el desarrollo del efusivo Gran Corso "Costumbresde mi tierra", el Carnaval de Ucayali se convirtió en una fiesta deslumbrante, cuyo mensaje de frenética alegría, diversión desbordante y preservación de una notable riqueza cultural amazónica viva quedó plenamente evidenciado.
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(FIN) LZD/MAO