El Perú recuerda que el sacrificio que hizo un valeroso grupo de soldados en febrero de 1995 no fue en vano, pues a pesar de la pérdida de vidas, se logró la paz. Una paz que se ha sostenido en el tiempo y que hoy se consolida.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general David Ojeda Parra, entonces protagonista directo del luctuoso momento de la relación entre el Perú y Ecuador, señala que esta gesta se conserva en la memoria y el corazón de cada soldado que viste el uniforme del Ejército, la Marina o la Fuerza Aérea.
Recuerda que le tocó liderar, siendo capitán, una patrulla perteneciente al Batallón de Comandos N° 19 de la Primera Brigada de Fuerzas Especiales. Tenía a su cargo a un grupo de soldados y, junto con otros oficiales y patrullas, fueron los primeros en ser desplegados desde Lima y los últimos en salir de la zona del conflicto.
“Contribuimos con nuestro esfuerzo y sacrificio a que esto se concrete”, pero señala que no solo se combatió en el ámbito militar, sino que también, paralelamente, se hizo un importante trabajo diplomático que permitió la ansiada paz, pero que evidenció, además, el espíritu del Perú de abordar el tema por el lado pacífico.
“El Gobierno del Perú declaró unilateralmente el cese del fuego el 12 de febrero de 1995. Sin embargo, a pesar de haber tomado nosotros esa iniciativa, Ecuador lo hizo solo de palabra, pues en la práctica esto no sucedió”, dijo.
Mayor despliegue
El general puntualiza que después de esa declaración de cese del fuego se libraron combates cada vez de mayor intensidad.
Al momento de iniciarse la contienda, Ecuador tenía más medios, mayor despliegue de personal de tropa, el terreno preparado, casamatas, campos minados y cables eléctricos para detonar trampas en contra de los peruanos.
“Tenía los medios aéreos para atacar a nuestras fuerzas, tal es así que el 26, que se inician las hostilidades, atacaron un puesto de vigilancia ocupado por el teniente William Guzmán, que es el primer fallecido en el conflicto del Alto Cenepa”.
El jefe del Comando Conjunto señala que el Perú fue paulatinamente incrementando sus fuerzas hasta lograr introducir unidades completas que pudieron hacer frente a las tropas invasoras.
Había igualdad de condiciones en la meteorología y el terreno, pero los invasores tenían una ligera ventaja material y táctica. Sin embargo, no contaban con que nosotros poseíamos la experiencia de combate porque desarrollamos operaciones militares contra el terrorismo en terrenos similares.
“Cada patrulla internada en la agreste geografía de la Cordillera del Cóndor llevaba consigo, además del entrenamiento de élite, el espíritu inquebrantable de nuestra raza, heredera de Bolognesi, Quiñones y Grau. Los pilotos de la Aviación del Ejército y de la Fuerza Aérea escribieron su propia epopeya surcando los cielos. Su profesionalismo y entrega complementó perfectamente las operaciones terrestres”, refiere.
Tropas movilizadas
Un hecho resaltante del conflicto que el general recuerda es la unidad que se logra cuando estalla el conflicto.
“Las primeras tropas en ser movilizadas fueron las del Batallón de Comandos N° 19 de la Primera Brigada de Fuerzas Especiales. También había tropas de otras unidades y la de un regimiento de Caballería que ya estaba cuando nosotros llegamos, pero también hubo tropas que fueron movilizadas desde el Valle del Huallaga, de la sierra central, y cuando la gente se enteró de que estaban siendo movilizadas hacia la frontera para desalojar al invasor, reaccionó positivamente lanzando vítores, no solo al entrar, sino también al salir de la zona de operaciones”.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
Las operaciones se iniciaron el 26 de enero con el bombardeo de una aeronave al puesto de vigilancia del teniente William Guzmán. El 27 se movilizan tropas. El 28 entramos nosotros e iniciamos nuestra aproximación hacia el objetivo. El 29 fallece el mayor Luis García Rojas con toda su tripulación, entre ellos el teniente Gutiérrez Mendoza y otros tripulantes. El 30 se ataca nuevamente Cueva de los Tayos, Base Sur, y así se suceden numerosos combates, casi diarios, en diferentes escenarios.
El 5 de febrero, la compañía especial de comando 115 llega hasta lo que nosotros llamamos Falso Tiwinza, donde son desalojados los soldados ecuatorianos, pero por la violencia del choque y los heridos que tenía la patrulla, tuvo que replegarse nuevamente al PD1.
El 22 de febrero se inició el ataque sobre Falso Tiwinza, logrando capturarlo. Ese día, en Ecuador, sería conocido como el ‘Miércoles Negro’, pues se afectó gravemente la moral de las tropas invasoras. Fallecieron 14 soldados ecuatorianos.
Héroes son todos
El general Ojeda señala que se declaró como héroe nacional al mayor Luis García Rojas. No obstante, señala que, como soldado, siente que héroes son todos, ya que la nación los reconoce por sus acciones sobresalientes.
Recuerda con emoción y respeto a quienes ofrendaron sus vidas en aquellas jornadas: William Guzmán, Luis García, Marko Jara Schenone, Wilson Cisneros, Joe Gutiérrez, los yachis y tantos otros héroes cuyos nombres están grabados en el corazón de la patria.
“El mayor Marko Jara Schenone falleció recuperando Base Sur, era el primer hombre de la patrulla. El soldado Cotrina recibió una granada en el pecho”.
Como oficial, el más antiguo en actividad que combatió en las operaciones del Alto Cenepa, el general Ojeda resalta este hecho histórico militar como un ejemplo de cohesión de nuestras Fuerzas Armadas para velar por los sagrados intereses de la nación.
Reitera que el sacrificio de los soldados peruanos no fue vano: “Hoy gozamos de una frontera norte definida, donde la paz y la integración son el mejor tributo a su memoria”.
Operación Tiwinza
El 12 de febrero, el entonces coronel Roberto Chiabra, jefe de Operaciones Tácticas, ordena el planeamiento para un nuevo ataque que dejó numerosas bajas a las fuerzas contrarias. Ese mismo día, el Gobierno peruano decretó unilateralmente el alto al fuego; Ecuador se vio forzado a adoptar igual medida, aunque no respetó su compromiso.
El 17 se firmó en Brasilia la Declaración de Paz de Itamaraty.
El 22 de febrero, como las fuerzas enemigas no acataron dicho acuerdo, la tropa peruana inicia su ataque sobre Falso Tiwinza, logrando capturarlo.
El 28 de febrero, gracias a la intervención de los países garantes, el Perú y Ecuador firmaron la Declaración de Montevideo, que puso fin a las operaciones militares.
(FIN) DOP/JCC
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Publicado: 22/2/2025