En un mundo donde la lucha por la justicia ambiental enfrenta poderosos intereses, la fiscal Evelyn Lamadrid Vences ha demostrado que la determinación y la pasión pueden cambiar realidades y se ha convertido en un ejemplo para los peruanos que resaltamos hoy al conmemorarse el Día Internacional de la Mujer.
Lamadrid nunca imaginó que su destino la llevaría a convertirse en
fiscal especializada en delitos ambientales. Nació en el distrito de Las Lomas, en la zona rural de Piura, donde desde niña encontró en el atletismo una forma de superación. Su disciplina y talento la llevaron a ganar competencias internacionales, ayudándola a vencer su introversión y a forjar un carácter decidido. Su mayor anhelo era ingresar a la Policía Nacional, pero al no cumplir con la talla mínima requerida, tuvo que replantear su futuro. Gracias a una beca por su destacado desempeño deportivo, estudió Derecho en una universidad de Chiclayo, con la esperanza de lograr su asimilación a la institución policial.
No obstante, durante su formación universitaria, un maestro que también era fiscal de medio ambiente le transmitió su pasión por la naturaleza. “Fue como si el universo lo hubiera planeado, porque yo venía del campo”, recuerda. Aun así, el camino hacia el Ministerio Público estuvo lleno de obstáculos.
Tras egresar de la universidad, la falta de experiencia le cerró muchas puertas. Pero Lamadrid no se rindió. Durante cuatro años, alquiló un puesto en un mercado de Piura y trabajó haciendo pedicure y manicure, ganándose el apelativo de “la dama de las uñas”.

Cuando finalmente se abrió una plaza de asistente en el Ministerio Público, en Piura, aprovechó la oportunidad. Su entrega y compromiso la llevaron a ser fiscal adjunta en la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental en 2012. “Ni bien pisé la Fiscalía de Medio Ambiente dije: ‘De acá no me para nadie’”, afirma con convicción.
Tres años después, fue designada temporalmente en Chimbote, una ciudad con altos índices de pesca ilegal y delitos ambientales. Su estancia se ha prolongado por más de una década, en la que ha liderado operativos de gran envergadura y enfrentado poderosos intereses que lucran con los recursos naturales.
Desafíos y resistencia en un mundo machista
Su labor no ha estado exenta de ataques y discriminación. “Muchas veces en las intervenciones me han dicho: ‘Anda a tu casa, cocina, ¿qué haces aquí?’”, relata. Pero esas palabras nunca la detuvieron. Su compromiso la llevó incluso a realizar operativos con ocho meses de embarazo. “No había ningún tipo de impedimento para hacer mi trabajo”, enfatiza.
Lamadrid ha demostrado que la justicia ambiental no es solo una cuestión de leyes, sino de convicción. A pesar de las críticas y las amenazas, sigue firme en su lucha. “Nadie me ha regalado nada, y son muchos los abusos que he tenido que enfrentar desde pequeñita. Pero estoy aquí, más fuerte que nunca”, sostiene.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la historia de Evelyn Lamadrid resuena como un ejemplo de resiliencia y compromiso. Desde su infancia en el campo hasta convertirse en una de las fiscales ambientales más reconocidas del país, su trayectoria demuestra que la pasión y la determinación pueden cambiar destinos.
“No podemos controlar las opiniones de los demás, pero sí cómo enfrentamos las adversidades. La única forma de salir airosas es hacer las cosas con pasión”, reflexiona. Y ella, sin duda, es la mejor prueba de ello.