El diálogo que sostendrán los jefes de Estado en la próxima Cumbre de las Américas debe traducirse en la adopción de medidas concretas para combatir la corrupción con eficacia y firmeza, indicó hoy el canciller Ricardo Luna.
Sostuvo que este problema es la principal amenaza a la gobernabilidad democrática en la región.
“Por eso hemos acordado que la lucha contra la corrupción sea el tema central de la Cumbre de las Américas que tendrá lugar en Lima en abril próximo”, indicó en la clausura del foro anticorrupción de la sociedad civil del Perú y Chile.
Aseguró que tenemos la obligación de unir esfuerzos para
enfrentar las diversas prácticas corruptas, reto que demanda la cooperación internacional y la acción conjunta de entidades estatales y de la sociedad civil.
“La ciudadanía demanda resultados y para lograrlos se requiere eficacia. No basta con reconocer la dimensión del problema. Es hora de actuar y pasar del diagnóstico al plano práctico de acordar acciones específicas efectivas”, apuntó.
En ese marco, refirió que no se puede dejar pasar la reunión de los jefes de Estado Americanos “para encarar la red de corrupción extendida por toda la región”.
“El desafío es que en la próxima Cumbre de las Américas se demuestre la decisión política requerida para superar esta amenaza regional con la fortaleza necesaria”, añadió.
Advirtió que el debilitamiento de la confianza pública, producto de la corrupción y la impunidad, es una realidad, ha dañado el tejido social de las democracias y carcomido los lazos de confianza interpersonal.
La VIII Cumbre de la Américas que se realizará en Lima el 13 y 14 de abril del próximo año.
El canciller refirió que
la encuesta nacional sobre corrupción publicado por Proética, muestra que un avance en la percepción de la gravedad de este problema, que ahora es la primera preocupación pública del país.
Refirió que tanto en Chile como en el Perú se ha visto con claridad el daño que la corrupción produce, como la pérdida de confianza en el estado y el deterioro de las condiciones económicas.
Erosiona valores democráticos
“La combinación de corrupción e impunidad es corrosiva. Socava la legitimidad social de las instituciones gubernamentales, erosiona los valores democráticos y sabotea el desarrollo económico”, apuntó.
Precisó que la epidemia de corrupción no conoce fronteras, ni hace distinciones partidarias y está presente en todos los niveles gubernamentales.
Por ello, sostuvo que el Foro Anti-corrrupción Peruano-Chileno demuestra la necesidad de trabajar juntos, desde el Estado y desde la sociedad, en función de un intercambio transparente y recíproco de insumos.
(FIN) FHG
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Publicado: 3/10/2017