Chile volvió a girar a la derecha con el triunfo electoral del multimillonario Sebastián Piñera de forma holgada ante el oficialista Alejandro Guillier, que prometía continuar con las políticas de la socialista Michelle Bachelet.
Piñera ganó la reelección con el 54% de los votos, casi ocho puntos por arriba de Guillier, quien rápidamente reconoció la "derrota dura" de la centro-izquierda, que esperaba poder unir sus fuerzas en un frente 'anti-Piñera' que no surtió efecto.
Sin encuestas previas ni pronósticos, los chilenos se enfrentaron a una elección a oscuras, en la que Piñera logró una votación mayor a la prevista a costa de Guillier, incapaz de seducir a gran parte de la izquierda radical, cuya candidata presidencial, la periodista Beatriz Sánchez, había obtenido 20% de los sufragios en la primera vuelta.
"El triunfo de Piñera por la diferencia que se ha logrado sorprende", dice a la AFP el analista Guillermo Holzmann, frente a los pronósticos que daban un marcador más estrecho entre ambos candidatos tras la primera vuelta en la que exmandatario logró una votación menor a la que se esperaba.
Entre la primera y la segunda vuelta, Piñera logró aumentar su votación en casi 1,4 millones de votos. Los primeros análisis indican que logró adicionar los 500.000 votos que obtuvo el candidato ultraderechista, José Antonio Kast -que se sumó tempranamente a su campaña- y captar nuevos votantes y parte de quienes votaron por la izquierda.
- Voto pragmático -
"La gente que fue a votar y definió la elección, no es un voto ideológico por derecha o por izquierda. Fue un voto muy pragmático. Votaron por quien les daban a ellos más certidumbres", agrega Holzmann.
Piñera, que
gobernó Chile entre 2010 y 2014, logró también captar el
voto más descontento de la marcha de las reformas sociales instauradas por Bachelet y temeroso de una giro más radical hacia la izquierda. Ganó en 13 de las 15 regiones de Chile, incluida Antofagasta, la ciudad de la que Guillier es senador.
El propio Piñera dijo en campaña que Guillier -que en un giño a la izquierda radicalizó su discurso- se parecía cada vez más al mandatario venezolano Nicolás Maduro, mientras que en las redes sociales sus partidarios rebautizaban a Chile como 'Chilezuela'.
"Voy a ser el presidente de la unidad, el presidente de todos y para todos los chilenos, el presidente del trabajo, (…) el presidente del progreso y por supuesto el presidente de la clase media y las regiones de nuestro país", afirmó eufórico Piñera, en un mitin en el centro de Santiago, al celebrar su segunda victoria electoral, tras su primer gobierno entre 2010 y 2014.
"¡Chile se salvó, Chile se salvó!", gritaron allí el millar de partidarios que se apostaron a celebrar el nuevo triunfo del magnate, con una fortuna valorada en 2.700 millones de dólares por la revista Forbes y que prometió convertir a Chile en un país desarrollado en 2025.
"Fue lo mejor que nos puede pasar. Con Piñera vivimos mejor que ahora y vamos a volver a vivir bien, con trabajo", comentó Mauricio Vega, un guardia de seguridad de 43 años.
- Futuro de las reformas -
Pero del otro lado preocupa el futuro de las reformas sociales impuestas por Michelle Bachelet. Piñera dijo que sólo mantendría la gratuidad universitaria a los 260.000 estudiantes que la tienen. A cambio, ofreció el 90% de becas para los estudiantes de institutos técnicos.
"Siento rabia, angustia. Los que tenían que votar no fueron (…) Estoy muy enojada porque están logrando lo que querían, la derecha quiere un pueblo sin educación así es más fácil llevarnos a donde quieren y vivir de nosotros", reclamó a la AFP Maria Salomé, 71 años, vendedora en vía pública.
Pero la composición del Congreso anticipa que Piñera deberá forzosamente llegar a acuerdos con la nueva oposición.
Su coalición política cuenta con 72 diputados sobre un total de 155 en la Cámara de Diputados. La izquierda se encuentra dividida en dos facciones. De un lado el Frente Amplio (la izquierda radical), que logró 20 diputados, y la Nueva Mayoría, que cuenta con 43 diputados.
"Hay que ser autocríticos: hemos sufrido una derrota dura. Y en las derrotas es cuando más se aprende; tenemos que levantar nuestro ánimo y salir a defender las reformas en las que creemos", dijo Guillier al reconocer su fracaso.
Piñera prometió un programa de gobierno para el periodo 2018-2022 valorado en 14.000 millones de dólares, un 5,5% del PIB.
Entre sus principales propuestas se encuentra llevar a Chile hacia 2025 al club de países desarrollados, estabilizar la deuda pública, actualmente de 23,8%, crear 700.000 empleos, reducir la fiscalidad para las empresas del 27% actual a 25% y reformar el sistema de pensiones.