Todo el territorio peruano es privilegiado por albergar fósiles que maravillan al mundo y, como Estado, debemos ponerlos en valor y generar —en coordinación con los gobiernos regionales y locales— museos de sitio, rutas geoturísticas y paleontoturísticas, así como centros de interpretación, afirmó el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), ente rector de la paleontología nacional.
A propósito del Día Nacional de la Paleontología, que por primera vez celebrará el Perú este 20 de enero, César Chacaltana, especialista en Paleontología del Ingemmet, explicó que se eligió esa fecha por ser el natalicio del sabio José Sebastián Barranca Lovera, considerado el máximo exponente de las Ciencias Naturales de nuestro país del siglo XIX.
La Asociación Paleontológica del Perú propuso instaurar el Día Nacional de la Paleontología el 20 de enero, en homenaje a Sebastián Barranca, pionero de las Ciencias Naturales en el país y primer catedrático de Paleontología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
La congresista Mery Infantes (Fuerza Popular) acogió la propuesta y la plasmó en una iniciativa legislativa con el respaldo y fundamento del Ingemmet, que hoy es la
Ley 32241.
Identidad nacional
“Ahora tenemos una razón adicional para trabajar de manera integrada a nivel nacional, entre el Estado, la Academia y la sociedad, para garantizar la conservación, difusión y puesta en valor de los fósiles como parte integral de nuestra identidad nacional”, remarcó a la Agencia Andina.
El Ingemmet celebra esta trascendental decisión que destaca el inmenso valor de los fósiles para el desarrollo científico y económico del país, y reafirma su compromiso con la investigación, protección y promoción del patrimonio paleontológico del Perú.
Sostuvo que el potencial paleontológico del Perú “es bastante importante; se siguen haciendo descubrimientos y seguimos dando de qué hablar en el mundo científico”.
“Cada año se descubren nuevas especies de animales y plantas en el Perú. ¿Imagínese todo lo que está enterrado? Es increíble, siembre hay sorpresas en el fondo marino en la costa, en la sierra y en la selva”, expresó.
Metas para el 2025
Chacaltana adelantó que, para este año, el Ingemmet prevé consolidar un museo de sitio en el valle de los dinosaurios, en la región Amazonas; y otro en el distrito de Ocucaje, región Ica, la tierra de
Perucetus colossus.
“Hacemos gestiones para promover museos de sitio, centros de interpretación o lugares de exhibición. En la región Puno también, así como en el distrito de Negritos, región Piura, donde hay un bosque fosilizado. Es una tarea sin prisas, pero sin pausa”, enfatizó.
Con la Ley 32241 se busca fortalecer la identidad nacional a través de los fósiles, inspirando a la ciudadanía a conocer y valorar la riqueza geológica y paleontológica de sus regiones, y posicionarlos como símbolos de orgullo y patrimonio nacional.
Asimismo, este día ofrece una oportunidad única para rendir homenaje al trabajo de los paleontólogos peruanos, tanto del pasado como del presente, y para que las instituciones dedicadas a la investigación paleontológica compartan sus hallazgos abriendo sus colecciones al público, fomentando el interés por las ciencias de la Tierra y la conservación del patrimonio natural.
Exhibición de fósiles
Para esta primera celebración del Día Nacional de la Paleontología, el Ingemmet ha organizado una exhibición de fósiles vertebrados e invertebrados en el frontis de la entidad técnico-científica adscrita al Ministerio de Energía y Minas (Minem).
“El Ingemmet ha coordinado con instituciones que tienen colecciones científicas para hacer una exhibición paleontológica el 20 de enero. Es una forma de integrar instituciones y de que la gente conozca un poco más sobre esta ciencia”, sostuvo.
Además de los fósiles del Ingemmet, las universidades de San Marcos (Museo de Historia Natural), Ricardo Palma y la Nacional de Ingeniería (Escuela de Ingeniería Geológica), entre otras, prestarán fósiles para la exposición en la avenida Canadá 1470, San Borja, a las 10:00 a. m.
Se presentará, por primera vez, el esqueleto parcial del Cosmopolitodus hastalis, un pariente extinto del tiburón blanco. Fue descubierto en Ocucaje, región Ica, y tiene una antigüedad aproximada de 9 millones de años.
Otros fósiles en exhibición serán el Piscogavialis sp. (cocodrilo juvenil), Otodus megalodón, Mosasauria indet, entre otros.
¿Quién fue Sebastián Barranca?
Sebastián Barranca, de padres iqueños, nació el 20 de enero de 1830 en el caserío de Lungüimarca, en la margen derecha del río Acarí, en la provincia de Camaná, departamento de Arequipa.
Dominó el latín, griego, castellano, quechua, aimara, francés, alemán e inglés; siempre mostró gran interés por las lenguas originarias.
Luz Tejada-Medina, especialista del Ingemmet, resaltó en su artículo “Sebastián Barranca, el sabio que fundó la Geología y la Paleontología en el Perú”: “En 1849 ingresó al Colegio de Medicina de la Independencia cuando era dirigido por el prestigioso doctor Cayetano Heredia”.
Barranca fue su alumno más destacado, por lo que lo nombró bibliotecario y lo promovió a segundo año de medicina sin haber culminado el primero, pero la situación generó protestas por parte de sus compañeros.
Fue expulsado de la Facultad de Medicina y no llegó a ser médico; se dedicó a las Ciencias Naturales. Como alumno libre en San Marcos estudió Matemática, Geología y Astronomía, y se especializó en Ciencias Naturales en San Fernando con el sabio Antonio Raimondi.
En 1860 regresó a Ica, la tierra de sus padres, donde descubrió la presencia de yodo y de sal de Glauber en las aguas de la laguna Huacachina. Sus estudios contribuyeron a que sean conocidas por sus propiedades medicinales para el tratamiento de enfermedades dérmicas
Sus aportes han sido tan vastos como variados. Practicó análisis químicos e hizo peritajes judiciales, como el reconocimiento de los guanos en las islas de Chincha. En 1869 desarrolló un Informe sobre la teoría del astrónomo alemán Rodolfo Falb acerca de los temblores y erupciones volcánicas.
“Incorporado a la Facultad de Ciencias de la Universidad de San Marcos, en 1872 fue ampliado su nombramiento con la enseñanza de Paleontología que regentó hasta su jubilación en 1905”, reseñó Tejada-Medina.
En 1872 fue nombrado para estudiar los depósitos de guano existentes en Ica e identificó las formaciones terciarias de la región y en ella los fósiles y algunos afloramientos minerales.
Hombre de ciencia
Dados sus dotes de hombre de ciencia, ese mismo año, el Gobierno lo nombra naturalista y químico del Ministerio de Hacienda y Comercio. En 1876 fue nombrado para dictar la cátedra de Metalurgia y Mineralogía de la naciente Escuela de Minas, de la que fue catedrático fundador.
Fue profesor de Julio C. Tello, de Daniel A. Carrión y de
Carlos Lisson, el padre de la geología peruana. “En la minuciosidad y capacidad de minerólogo, geólogo y paleontólogo fue solo comparable con Antonio Raimondi”, destacó Tejada-Medina.
No obstante, en los últimos años de su vida, la pobreza rondó sus puertas. Falleció el 4 de diciembre de 1909 en completo abandono, injusto olvido y profunda miseria. A 116 años de su partida es justo reivindicar la importancia de su aporte al mundo científico y, en especial, a la paleontología.
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(FIN) JOT