En un operativo desarrollado hoy en la otrora carpa Grau, agentes de la División de Investigación de Robos de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) desarticularon la banda criminal "Los Malditos de la Jauría", dedicada al robo a mano armada y otros delitos en diversas zonas del Cercado de Lima y La Victoria.
El operativo se desarrolló en un terreno abandonado ubicado en la intersección de la avenida Paseo de la República y la calle Cabo Alarcón, donde se detuvo a 13 presuntos delincuentes y se incautaron armas de fuego, municiones y bienes robados.
Las autoridades encontraron a los presuntos integrantes de la organización criminal en posesión de una pistola con siete municiones, tres teléfonos celulares de procedencia dudosa, dos réplicas de armas de fuego, 15 armas blancas, 19 municiones adicionales y tres bicicletas robadas, entre otros objetos.
Uno de los hechos más relevantes fue la identificación de una persona reportada como desaparecida, quien había estado viviendo en las precarias estructuras improvisadas dentro del predio intervenido.
De acuerdo el coronel Juan Carlos Montúfar, jefe de la División de Investigación de Robos, la persona había sido reportada como desaparecida y llevaba tiempo residiendo en el lugar.
Además, un ciudadano logró recuperar su teléfono celular tras reconocer a los delincuentes que se lo habían arrebatado. La Policía investiga si los detenidos están implicados en otros delitos en la capital.
Invasión de terrero
El alcalde de La Victoria, Rubén Cano Altez, informó que el predio intervenido pertenece a un grupo de propietarios en Ayacucho. Según señaló, la construcción fue abandonada hace cinco años debido a la falta de permisos y ya había sido clausurada previamente.
La autoridad edil impuso una multa de más de 10 mil 700 soles al propietario del predio abandonado, el cual se había convertido en refugio para personas de mal vivir.
En el lugar funcionaba en los años ochenta y noventa la emblemática carpa Grau, que hace años luce abandonado y se había convertido en un fumadero y centro de acopio de personas de dudosa reputación.
“Algunos de los indigentes se dedicarían a cometer delitos pues se halló un arma y réplicas. Multamos a quien figura como propietario en registros públicos por exponer a nuestros vecinos a infecciones respiratorias”, sostuvo el alcalde Cano.
En el lugar se encontraron, además, perros abandonados y desnutridos, lo que aumentaba el riesgo de transeúntes y vecinos. Precisamente la acumulación de estos factores gatilló la inmediata intervención en beneficio de la salud y seguridad vecinal.