Por Cecilia Fernández SivoriDe trabajar en un supermercado embolsando y acomodando los carritos de compras ni bien pisó Estados Unidos, hoy el peruano Jorge López Ravenna ha logrado consolidarse en el competitivo mercado del courier y la carga al frente de su propia empresa.
Si bien podría decir tarea cumplida, él sigue soñando y trazándose metas para demostrar que en esta vida todo es posible. Jorge nació con el ADN del emprendimiento. A sus cortos 10 años cosía disfraces, sin imaginar que ese sería uno de sus primeros pasos para generar ingresos; no en vano veía el esfuerzo familiar de sus padres por brindarle educación de calidad.
Lee también:
["Carlos Atoche: El peruano que le abre camino al arte en Europa"]“Nací en Breña y recuerdo que nos fuimos a vivir a Balconcillo. Mi mamá tuvo un famoso quiosco allí y junto con el trabajo de mi padre pude estudiar contabilidad, pero me quedé en noveno ciclo. Comencé a trabajar, a ganar dinero y por desidia no concreté la carrera”.
Y es que Jorge logró enrolarse al antiguo Banco de Lima. “Veía pasar miles de negocios ante mis ojos y eso fue el motor que renació en mí los deseos de emprender y no ser solo un trabajador dependiente. Recuerdo que hasta cambiaba dólares en aquella época”, comenta.
“Fue un buen momento económico para mí, pero llegó el momento en que lo del banco se acabó y tuve que reinventarme”, asegura tras recordar que abrió una oficina de cambio de moneda y hasta fue subcontratista de Telefónica. “También tuve un taller en Gamarra y hasta una tienda pequeña, pero la verdad que fueron tiempos difíciles y yo debía ver por mi familia y me vi obligado a partir dejando todo lo que conocía”, reflexiona.
Recuerda que pese a estar reacio a migrar, finalmente se animó pensando en que se quedaría tres meses como máximo.
“Mira cuántos años han pasado; comencé de cero, trabajando en el supermercado Publix. Y no puedes ir con la actitud de ‘yo fui esto o aquello en Perú’. Tienes que mentalizarte. Lo tomé con un espíritu de emprendedor, sabía que no me iba a quedar ahí toda la vida y así fue afortunadamente”, revela.
}
Posteriormente, consiguió empleo en otra compañía que se dedicaba a la consolidación de cuentas. Estaba enfocado sobre todo en los puertorriqueños que tenían deudas en tres o cuatro bancos. Detalla que era un programa gubernamental para evitar el suicidio por temas económicos e incluso asesinatos.
Mucho antes de consolidarse en el rubro de la carga y courier, decidió emprender y así transitó por el negocio del pisco. Sin embargo, la falta de capital que sostuviera la venta a largo plazo lo hizo desistir porque necesitaba que su capital diera vueltas más rápido. “Incluso probé con las confecciones y tuve mi primer embarque importante de camisetas de algodón pima a pedido de unos empresarios judíos”.
Rememora que hasta pidió prestado para cumplir los compromisos, y aunque atendió todas las exigencias le cambiaron las condiciones a último momento y todo se cayó.
“Recuerdo que esa mala experiencia me dejó en el punto de partida nuevamente, pero no me amilané y me llevé mis prendas a un stand en lo que aquí conocemos como pulguero y vendí todo”, comenta como anécdota.
Este emprendedor asegura que pese a los reveses que le impuso la vida durante esos años “nunca me quedé en el suelo ni un segundo; al contrario, voy inventando. Me gusta innovar”.
En el envío y la carga, detectó un gran filón empresarial. “Me entró el gusanito del negocio y lo que me motivó fue que al principio casi nadie enviaba cosas al Perú. Recuerdo que no había internet y fui al periódico El Peruanísimo, del finado músico peruano Carlos Postigo, a poner mi aviso y así comenzó todo”.
“Al comienzo tenía que viajar cada semana, pero salieron las leyes de entregas rápidas y me puse las pilas; poco a poco, empecé a profesionalizar todo innovando siempre. Ahora, debido a la competencia de Amazon y Temu, ofrezco la logística inversa”, comenta.
“Acá compras en Amazon y te acepta las devoluciones sin costo. Así que entre los servicios que ofrecemos para el Perú, por ejemplo, es que nos encargamos de todo el proceso de retorno. En lo que respecta a la carga, podemos enviar al cliente lo que desee enviar al Perú en pocos días y con alta confiabilidad”, nos dice.
No se queda y activo como es se atreve a brindarle un consejo a todos aquellos que como él desean migrar: “Si quieren salir al mundo, estudien siempre algo técnico, ya que con el idioma les llevará un tiempito adaptarse. Recuerden que si no están preparados, se reducen las posibilidades; tener experiencia en un trabajo técnico no les hará perder nada y, al contrario, ganarán mucho”.
Lee también:
["Talento para el mundo: Diego Olórtegui triunfa ilustrando en DC Comics"]Agradecido por lo que ha recibido, Jorge ama a su país, pero confiesa que su vida está en Estados Unidos. “Retroceder el tiempo es en vano, ya que no se pueden hacer planes para el pasado. Estoy gratificado con lo que estoy haciendo y muy contento acá. ¿Qué hubiera pasado si no hubiera venido? Eso no lo voy a saber nunca, lo que sé es que esta tierra es de las oportunidades”, concluye.
Más en Andina
(FIN) CFS/CFS
Publicado: 17/10/2024