Por: Ernesto Carlín GeredaHugo Benavides, arqueólogo de la institución Progresamos de la municipalidad del Callao, dirigía a fines del año pasado unas excavaciones en el llamado Palacio Inca de Oquendo. El objetivo era encontrar restos o vestigios de sus antiguos habitantes, sobre todo de la cultura Ychma, pero también de sus conquistadores los incas. Sin embargo, lo que hallaron era muy diferente de lo que esperaban.
Era un contexto funerario, no de época prehispánica, sino muy posterior, de los años de la Guerra del Pacífico. Esta sorpresa ha generado varias preguntas pendientes sobre quién sería el personaje, las causas de su muerte y la peculiaridad del lugar escogido para última posada.
Defendiendo la capital
Benavides relató al
Diario Oficial El Peruano que tuvieron que averiguar con arqueólogos e historiadores sobre el tema. Por ejemplo, barajaron que el militar fallecido fuera consecuencia del poco conocido combate de Márquez del 17 de abril de 1880.
En esa ocasión, los patriotas chalacos impidieron que los chilenos desembarquen en la salida del río Chillón. No obstante, en ese hecho de armas no hubo bajas peruanas. Surgió entonces la posibilidad de que se trate de un miembro de la heroica Guardia Chalaca, la que estuvo en una de las líneas de defensa de Miraflores.
“Por las heridas que hemos encontrado en las piernas, hace pensar que combatió cuerpo a cuerpo”, relató Benavides. En ambas piernas tiene heridas; en una de ellas le partieron el fémur.
El arqueólogo refirió que aún falta estudiar su tórax y cabeza para tener una imagen más completa de lo que sucedió con este soldado que dio su vida por la Patria. Sin embargo, hay algunas pistas que ya están siguiendo. Por ejemplo, en su contexto se encontró una moneda hecha por el gobierno provisional del Perú durante la guerra y que tiene como fecha 1880.
Asimismo, los botones con el escudo nacional y la calidad de la fibra de su ropa hace pensar a Benavides que se trata de una persona pudiente y que habría sido oficial.
Otra curiosidad es que fue hallado enterrado boca arriba con las manos cruzadas sobre su cuerpo. Asimismo, se le colocó sobre la estera de soldado, pero con una particularidad: una parte de ella le cubría el rostro. Benavides contó que eso era una práctica usual a fines del siglo XIX.
La última morada
La teoría que se maneja sobre este héroe chalaco aún sin nombre es que fue herido gravemente en la batalla de Miraflores, el 15 de enero de 1881.
Como pasó con muchas otras personas de recursos, al estar agonizando, eran llevados por su servidumbre hacia su hogar. Así está documentado con varios héroes que defendieron Lima. Lo particular es que después eran enterrados en cementerios. El Baquíjano Carrillo del Callao ya hacía años que funcionaba.
Pero con este mártir se prefirió colocarlo en una huaca. “Tal vez tenga que ver con el apego a su terruño”, señaló Benavides.
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(FIN) DOP/KGR
Publicado: 22/1/2025